La pesca se ha convertido en el principal refugio para adolescentes de entre 12 y 17 años que desertan del sistema escolar, orillados por la falta de oportunidades, el desempleo y las carencias económicas que afectan a numerosas familias del municipio y sus comisarías.
De acuerdo con la Dirección de Pesca de Progreso, la incorporación de menores a las actividades pesqueras es una práctica constante en el puerto, ya que este sector, junto con la albañilería, representa una de las principales alternativas laborales para quienes dejan las aulas.
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Se estima que cerca del 20 por ciento de los pescadores son menores de edad, cifra que lamentablemente aumentó tras la pandemia, cuando muchos jóvenes se vieron obligados a trabajar ante la difícil situación económica de esos años.
¿Cómo se adentran a las actividades del sector?
Los menores inician en la pesca ribereña y, con el paso del tiempo, se integran a los viajes de altura. También participan en labores relacionadas con el sector, como el transporte de producto, fileteo, trabajo en congeladoras, limpieza de embarcaciones y mantenimiento. En estos oficios, la presencia de adolescentes representa entre el 20 y el 25 por ciento del total de los laboradores, según estimaciones de las autoridades.
Sin embargo, estos jóvenes carecen de documentos que acrediten su actividad, ya que los permisos oficiales, como las libretas de mar o los tarjetones de pesca, sólo pueden ser expedidos a mayores de edad. Por ello, los patrones suelen amparar su participación mediante permisos firmados por los padres o tutores, o incluso recurriendo a prácticas irregulares para evitar sanciones.
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Esta situación coloca a los menores en evidente riesgo, pues no cuentan con seguro ni respaldo legal que proteja su integridad en caso de accidente o desaparición en altamar, problemática que ha sido señalada por el propio sector ante la débil vigilancia de las autoridades marítimas.
Aunado a ello, la deserción escolar y el ingreso prematuro al trabajo también han propiciado que algunos jóvenes caigan en adicciones, principalmente al alcohol, el tabaco y, en casos más graves, a las drogas.