Edward Ramírez, padre de Federico, el niño originario de Escárcega, Campeche, que perdió la vida en el accidente aéreo registrado recientemente en Galveston, Texas, viajó ayer desde Mérida a esa ciudad estadounidense para recuperar el cuerpo de su hijo y reunirse con su esposa, Julia, quien permanece hospitalizada y lucha por su vida a consecuencia del siniestro.
El viaje de Edward Ramírez fue posible tras la obtención de una visa humanitaria, gestionada de manera expedita para permitirle salir de México y estar junto a su familia en uno de los momentos más difíciles que enfrentan. Su trayecto inició en Mérida, con escala en la Ciudad de México, desde donde continuó hacia Texas.
El accidente ocurrió el pasado 22 de diciembre sobre la Bahía de Galveston, cuando una aeronave de la Secretaría de Marina (Semar) realizaba una misión de apoyo médico. Se trataba de un Beechcraft King Air 350i, que se dirigía al Shriners Children’s Hospital para trasladar a un paciente pediátrico con quemaduras severas, acompañado de familiares, personal médico y elementos de la Marina.
Autoridades mexicanas y estadounidenses confirmaron que seis de las ocho personas a bordo perdieron la vida, entre ellas el menor que era trasladado para recibir atención especializada. Otras dos personas sobrevivieron y continúan recibiendo atención médica tras ser rescatadas del agua.
De acuerdo con los primeros reportes, el accidente se registró en condiciones de densa niebla, lo que habría complicado tanto la aproximación de la aeronave como las labores de rescate posteriores.
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Solidaridad y apoyo
Tras la tragedia, el alcalde de Escárcega, Campeche, expresó públicamente su solidaridad con Edward y su familia, e informó que se le brindó información clara sobre los procedimientos a seguir, además del acompañamiento de autoridades migratorias para facilitar su traslado.
También se reconoció el respaldo de la gobernadora campechana Layda Sansores, de la secretaria de Gobierno, Liz Hernández, así como del personal de Migración en los aeropuertos de Mérida y la Ciudad de México, quienes apoyaron en la gestión de documentos y coordinación del viaje.
Las autoridades locales reiteraron su compromiso de acompañar a la familia en este proceso y expresaron sus oraciones y solidaridad ante el profundo dolor que atraviesan.
Investigación
En paralelo, el siniestro es investigado por autoridades aeronáuticas de Estados Unidos, entre ellas la National Transportation Safety Board (NTSB) y la Federal Aviation Administration (FAA), en coordinación con la Secretaría de Marina y otras agencias, para esclarecer las causas del accidente y determinar el impacto que pudieron tener las condiciones meteorológicas al momento del percance.