
San Francisco de Campeche conmemora 485 aniversario más de la Campechanidad, una fecha que invita no solo a exaltar el orgullo de pertenencia, sino también a mirar hacia atrás y reconocer los cambios que ha vivido la ciudad amurallada a lo largo de su historia.

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Las imágenes que se compartieron en el marco de esta celebración muestran un Campeche antiguo, donde las calles empedradas eran transitadas por carretas y bicicletas, y las plazas lucían fuentes, monumentos y paraderos que hoy solo sobreviven en la memoria.

El Parque Principal, hoy renovado con bancas modernas e iluminación, tuvo en sus inicios una fuente central que fue removida en los años sesenta para dar paso a un quiosco que, décadas más tarde, también fue sustituido. Las iglesias coloniales, como la Catedral de la Purísima Concepción, muestran en las fotografías antiguas un entorno distinto: sin el adoquinado actual y con jardines sencillos que contrastan con la urbanización de hoy.

Los paraderos de transporte público que en la década de los ochenta se encontraban frente al malecón o cerca del mercado principal, fueron reubicados con el crecimiento de la ciudad. Asimismo, esculturas como la de Pablo García y Montilla, que originalmente se encontraba en una glorieta en la avenida Gobernadores, fueron trasladadas para reorganizar los espacios urbanos.

La Campechanidad no solo se celebra con música, gastronomía y tradiciones, sino también con una mirada a la transformación de la ciudad. Cada cambio en las plazas, parques y monumentos habla de una sociedad que evoluciona, pero que mantiene su esencia: la hospitalidad, el orgullo por su patrimonio y el arraigo a una identidad que la distingue en México y el mundo.

Hoy, mientras los campechanos recorren las murallas y el malecón, la celebración sirve para recordar que, aunque los escenarios cambian, la historia y el espíritu de la ciudad permanecen vivos.