
La mañana de este martes, el fervor guadalupano se hizo presente en las calles de Hopelchén con el paso de los dos primeros Antorchistas Guadalupanos rumbo a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México. Se trata de los jóvenes Roger Emilio Cimé Tec y Cleyver Renán Balam España, originarios del estado de Quintana Roo, quienes recorren más de 1,400 kilómetros en bicicleta para cumplir una promesa a la Virgen de Guadalupe.
Durante una breve pausa para desayunar, compartieron que partieron el domingo por la mañana desde sus comunidades: Cimé Tec, de 22 años, salió de Cafetal Grande, mientras que Balam España, de 24 años, partió desde La Presumida. Ambos pueblos pertenecen al municipio de José María Morelos y Pavón, y tras encontrarse en el camino, decidieron continuar juntos esta travesía de fe.
Promesas que se pedalean con devoción
Roger Emilio recorrerá 1,509 kilómetros, pasando por santuarios como parte de una promesa familiar. Lleva nueve años participando en esta tradición. Por su parte, Cleyver Renán cubrirá 1,430 kilómetros, y desde los 15 años ha corrido la antorcha guadalupana como parte de una promesa personal y familiar.
Ambos planean llegar a la Basílica el 29 de noviembre, iniciar el retorno el 1 de diciembre, y estar de vuelta en sus comunidades el 11 de diciembre por la noche, justo a tiempo para la serenata a la Virgen de Guadalupe.
Fe que protege y fortalece
Los jóvenes compartieron que sus familias han recibido protección en la salud y trabajo en el campo gracias a las bendiciones de la Virgen. Por ello, se han preparado mental y físicamente para enfrentar los fríos, las contingencias climatológicas y los riesgos viales que implica el recorrido.
Viajan con lo indispensable: refacciones menores, bomba de aire, cobijas, ropa, material de higiene personal y la señalización adecuada. Su fe, aseguran, es el motor que los impulsa a seguir adelante.
Rumbo al Tepeyac, con esperanza
Antes de llegar a la Ciudad de México, pasarán por lugares emblemáticos como Tepeaca, Puebla y Chalma, Estado de México, donde también rendirán homenaje. “El hambre es más fuerte que el miedo, pero la fe es más fuerte que todo”, expresó uno de ellos con voz firme.
Con cada pedalazo, Roger y Cleyver llevan consigo las esperanzas de sus pueblos, el agradecimiento de sus familias y el color de una tradición que sigue viva en el corazón del sureste mexicano.