Un ex trabajador del hotel Nuevo Uxmal Mundo Maya, ubicado en la carretera estatal Calkiní–Uxmal, denunció públicamente haber sido despedido injustificadamente. Aseguró que no es el único en esta situación, ya que existen varios casos similares, pero él decidió alzar la voz.
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El afectado, identificado como Fernando Alonzo Puc, explicó que el año pasado lo dieron de baja, aunque su salario seguía depositándose. Posteriormente, fue contactado y presionado para que devolviera entre 6 mil 800 y 7 mil pesos quincenales, bajo el argumento de que en el tabulador oficial no le correspondía esa cantidad y que el dinero debía regresar a la SEDENA o al grupo al que pertenecía.
Fernando denunció que en esta extorsión estuvieron involucrados el gerente del hotel, el gerente de cocineros y el mayor de la Defensa Nacional, Eucebio Reyes, quienes le exigían entregar parte de su salario en distintos puntos del municipio, situación que se prolongó durante más de tres meses.
Ante esto, interpuso una demanda, pero no logró recuperar el dinero que ya había entregado. Más tarde, al solicitar nuevamente la vacante de cocinero regional, descubrió que en realidad seguía activo en la nómina y que su salario había sido desviado por los supuestos jefes del hotel. El único sancionado fue el mayor, mientras que los demás involucrados continúan laborando en el lugar.
El denunciante aseguró que en el hotel existen múltiples irregularidades, como el uso de trabajadores para actividades ajenas a su puesto, entre ellas lavar los autos de los gerentes. También señaló que los empleados sufren maltrato laboral constante, pero nadie se atreve a hablar por miedo a ser despedidos.
Fernando añadió que en varias ocasiones quedó como encargado del hotel cuando los gerentes salían de vacaciones y regresaban incluso una semana después de lo estipulado, sin que nadie los sancionara.
A pesar de su demanda, su caso no ha avanzado. Relató que desde la Ciudad de México una licenciada lo contactó para pedirle que firmara su renuncia voluntaria, en la cual también debía aceptar la pérdida de su finiquito, sin darle explicación clara sobre el motivo de su despido tras más de un año de servicio.
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Finalmente, lamentó que no exista en la región una oficina de quejas o supervisión laboral, lo que deja a los empleados del hotel desprotegidos frente a este tipo de abusos.
JGH