
Lo que debía ser el día más feliz en la vida profesional de Derrick Harmon se convirtió en una mezcla de emociones al perder a la persona que más lo apoyó en su camino hacia la NFL. Tiffany Saine, madre del nuevo tacle defensivo de los Pittsburgh Steelers, falleció poco después de saber que su hijo había sido seleccionado en la primera ronda del Draft 2025.

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El comisionado Roger Goodell pronunció el nombre de Harmon para anunciar la selección de los Steelers con el pick 21 global del NFL Draft. Era el cumplimiento de un sueño para el joven proveniente de la Universidad de Oregon, quien inmediatamente tras su selección reveló en televisión nacional sus planes de volar lo más pronto posible para compartir la noticia con su madre, quien se encontraba hospitalizada.
"Es una bendición, es un poco agridulce. Mi madre no está conmigo; está en el hospital ahora mismo con soporte vital. Es un poco agridulce porque ella trabajó tan duro como yo para llegar a este momento. Pero fue una experiencia única. Como dije, estoy muy emocionado", comentó Harmon momentos después de ser seleccionado.
Desafortunadamente, Saine murió poco después de escuchar de viva voz de su hijo la noticia que ambos tanto habían esperado.
Una vida de sacrificio y superación
La historia de Tiffany Saine es un testimonio de perseverancia. Se había sometido a aproximadamente ocho cirugías cerebrales durante su infancia. Además, sufrió un derrame cerebral cuando su hijo era estudiante de primer año en la Universidad Estatal de Michigan, lo que la dejó paralizada del lado izquierdo.
A pesar de estas dificultades, como madre soltera, nunca dejó de apoyar los sueños de Derrick. Ahorraba para enviarlo a campamentos de fútbol americano y fue una pieza fundamental en cada decisión importante de su carrera.
Una relación inquebrantable a pesar de la distancia
Harmon jugó las primeras tres temporadas de su carrera universitaria en Michigan State, a solo 45 minutos de su hogar en Detroit, antes de transferirse a Oregon para la temporada 2024.
"Fue muy difícil irme a Oregón. Probablemente fue la decisión más difícil que tuve que tomar. Me senté con mi madre y lo hablamos. Me dijo que todas las decisiones que había tomado hasta ese momento eran por ella, que era hora de tomar una decisión por mí", recordó el deportista.

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Durante su tiempo en Oregon, Harmon viajaba constantemente los 3,200 kilómetros que separaban la universidad de su hogar en Michigan para pasar tiempo con Saine. Según reportó The Oregonian, el joven jugador destinaba parte de sus ganancias para comprarle a su madre una camioneta adaptada para sillas de ruedas.
A pesar de la distancia física, madre e hijo mantuvieron una relación cercana. Hablaban diariamente por FaceTime, y ella incluso tuvo la oportunidad de volar a Eugene para presenciar uno de los partidos de su hijo contra Boise State a principios de este año.