
En Quintana Roo, apenas el 35% de los trabajadores del sector turístico —una industria que emplea a más de 300 mil personas de manera directa e indirecta— recibe atención a su salud mental.
El resto enfrenta jornadas extenuantes, estrés crónico y problemas familiares sin acompañamiento profesional.
Especialistas advierten que, pese a la existencia de leyes y normas laborales enfocadas en la prevención de riesgos psicosociales, las empresas ignoran sus obligaciones, mientras el estado permanece ausente.

Noticia Destacada
“Es agotador": Siete de cada 10 trabajadores en Cancún sufren depresión por el estrés laboral
Empresas incumplen y el Gobierno calla
Aunque Quintana Roo cuenta con una Ley de Salud Mental y la Norma Oficial Mexicana NOM-035, su aplicación es mínima. Los departamentos de Recursos Humanos suelen limitarse a la gestión administrativa, dejando de lado el bienestar emocional del personal, acusó la Red de Profesionales de la Psicología en el estado.
“Hay un marco legal, pero no se cumple. No se trata de un documento colgado en una pared, sino de garantizar entornos laborales sanos y dignos”, enfatizó el colectivo.
La falta de atención psicológica en los centros laborales impacta directamente en la productividad, genera ausentismo y provoca un círculo de desgaste emocional que termina afectando a familias enteras.

Turismo de lujo, vidas agotadas
La psicóloga Roxana Fidelbus explicó que el contraste entre la imagen de felicidad que vende el turismo y la dura realidad que viven los empleados del sector genera una fractura emocional profunda.
“El trabajador se convierte en actor de una fantasía. Debe sonreír, atender y complacer al turista, aunque esté cansado o preocupado”. Esa actuación constante produce una alienación que lo aleja de sí mismo.
Añadió que la desconexión con la vida familiar —producto de horarios irregulares y escaso tiempo de descanso— provoca una “castración simbólica”: una pérdida invisible, pero dolorosa. Los hijos crecen solos, los matrimonios se fracturan y la depresión se normaliza como parte del oficio.
Ansiedad, depresión y vacío
Los expertos insisten en que la solución no está en “resistir”, sino en crear espacios donde los empleados puedan hablar y reencontrarse con sus propios deseos. “Humanizar al trabajador no demerita su labor, al contrario: mejora la calidad del servicio y fortalece su bienestar”, sostuvo.

Estrés, drogas y desesperanza
El vicepresidente del Colegio de Psicólogos, Luis Cabrera, alertó que la inestabilidad económica y emocional empuja a muchos empleados al consumo de alcohol o drogas.
“Recursos Humanos sigue siendo sólo un área administrativa. Debe asumir un papel preventivo y atender los casos dentro de los hoteles. La salud mental no puede seguir siendo un lujo”, subrayó.
Añadió que los trabajadores enfrentan largas jornadas bajo el sol o confinados en espacios cerrados, con un solo día de descanso a la semana y sin convivencia familiar. “Esa rutina destruye su ánimo y los hace vulnerables a la violencia y las adicciones”, lamentó.
Hoteles sin apoyo real
En el sector hotelero, algunos intentan paliar la crisis con cursos o pláticas internas, pero el problema rebasa la capacidad de respuesta.
Eugenio Ruiz, jefe de Recursos Humanos del hotel Occidental Costa Cancún, reconoció que el estrés entre los empleados es constante: “Desde que salen de sus casas viven tensión. El transporte público, el tráfico, los horarios, la presión económica... todo eso se acumula”.
Si bien, algunos trabajadores son canalizados a apoyo temporal, los casos más severos terminan con despidos. “Los empleados con problemas de alcoholismo son dados de baja”, admitió Ruiz.

Drogas legales, el enemigo silencioso
De acuerdo con Gerardo Bernal Pasos, jefe del Departamento de Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud, la mayoría de las personas que buscan ayuda son hombres jóvenes. En el 2024 se atendieron 4 mil 489 hombres y mil 106 mujeres.
“El alcohol y el tabaco siguen siendo las sustancias más consumidas. Entre las ilegales, la mariguana y las metanfetaminas ocupan los primeros lugares”, detalló.
Uno de cada cinco pacientes requiere tratamientos prolongados que combinan atención médica y terapia psicológica, debido a la dependencia y las recaídas.
Ley olvidada y servicios insuficientes
Desde diciembre del 2020, Quintana Roo cuenta con una Ley de Salud Mental, publicada en el Periódico Oficial, que garantiza el derecho a la atención psicológica con enfoque integral. Sin embargo, la norma es letra muerta.
En todo el estado no existe un hospital psiquiátrico y sólo hay 30 psiquiatras para una población de casi dos millones de habitantes.
La presidenta de la Asociación Quintanarroense de Psiquiatría, Vanessa Moheno Klee, recordó que la Organización Mundial de la Salud recomienda cinco especialistas por cada 100 mil habitantes, pero Quintana Roo apenas alcanza 1.29.
“En Cancún hay 19 psiquiatras; en Playa del Carmen, cinco; otros cinco en Chetumal y uno en Cozumel. Es insuficiente”, advirtió.

Noticia Destacada
Estrés financiero, el padecimiento que afecta a más del 40% de los quintanarroenses
Un sistema que enferma a su fuerza laboral
Para los expertos, la crisis de salud mental en la industria turística no es casual: responde a un modelo económico que prioriza la rentabilidad sobre el bienestar. La sobreexplotación del recurso humano, las malas condiciones laborales y la falta de apoyo institucional han creado una bomba de tiempo silenciosa.
“La depresión, la ansiedad y el consumo de sustancias no son debilidades personales, sino síntomas de un sistema enfermo que descuida a quienes sostienen su riqueza”, coincidieron psicólogos y psiquiatras consultados.
Pandemia, punto de quiebre
Desde la emergencia sanitaria de COVID-19, los casos de trastornos mentales se dispararon. Según la OMS, las enfermedades mentales aumentaron entre 25% y 30% en México, afectando principalmente a mujeres, jóvenes y trabajadores del sector servicios.
La Red de Profesionales en Psicología, la Asociación de Psiquiatría de Quintana Roo y la Fundación Pro Salud Mental de la Riviera Maya señalaron que los padecimientos más frecuentes son la ansiedad, depresión, autolesiones, esquizofrenia, trastorno bipolar y consumo de sustancias.

Millones sin atención
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en México casi 18 millones de personas padecen algún trastorno mental, pero solo el 2.5% recibe tratamiento. La mayoría llega a los servicios de salud en crisis o cuando ya no puede controlar sus emociones.
En Quintana Roo, los especialistas exigen que la salud mental deje de ser un tema invisible. “El turismo no puede seguir construyéndose sobre la tristeza, cansancio y abandono de su gente”, concluyó la Red de Profesionales de la Psicología.