La presencia del crimen organizado en la Península de Yucatán ha dejado de ser una sospecha para convertirse en una realidad documentada, de acuerdo con la más reciente Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2025, publicada ayer por la Administración para el Control de Drogas (DEA). Al menos dos cárteles mexicanos operan activamente en Quintana Roo, Yucatán y Campeche.
Según el informe, se trata de dos grupos criminales con presencia confirmada en el sur del país. La DEA identifica a la agrupación criminal conocida como “el cártel de las cuatro letras” como una de las amenazas más significativas para la salud pública, la seguridad nacional y la seguridad pública de Estados Unidos. Este grupo no solo opera en los tres estados de la Península, sino que ha sido vinculado con la fabricación de drogas sintéticas en laboratorios clandestinos, además de mantener redes de distribución activas en casi todos los estados de EE.UU.
Por su parte, el grupo criminal originario del Pacífico mantiene una fuerte presencia en la región, en una lucha por el control del territorio para la distribución de estupefacientes, extorsiones conocidas como “derechos de piso”, y otras actividades ilícitas que les generan millones de pesos en ganancias. Según la DEA, esta organización ha logrado expandir su red a más de 40 países, incluyendo regiones de Europa y Asia.
El documento destaca que el grupo liderado históricamente por Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, actualmente bajo una estructura fragmentada, conserva una gran capacidad logística para la producción y exportación de drogas como fentanilo, metanfetamina, cocaína y heroína hacia prácticamente todo el mundo.
A ambos cárteles se les atribuyen delitos como el narcotráfico, homicidios, lesiones, extorsión, trata de personas y corrupción de menores. De acuerdo con autoridades ministeriales, tan solo en Quintana Roo, el 98% de los homicidios dolosos están relacionados con conflictos entre células delictivas, particularmente por el narcomenudeo. Las víctimas suelen estar involucradas en la venta o consumo de drogas. En algunos casos, los asesinatos ocurren cuando una persona se niega a ser reclutada por otro grupo delictivo.
JGH
