Quintana Roo se encuentra entre las cinco entidades del país con mayor brecha salarial, donde 20 de cada 100 mujeres ganan menos que un hombre aun cuando desempeñan labores similares, de acuerdo con un análisis del observatorio México, ¿cómo vamos? (MCV).
Muchas mujeres optan por el empleo informal, donde encuentran mayor flexibilidad para cumplir con sus responsabilidades familiares y de crianza. Tal es el caso de Reyna, quien trabaja con una emprendedora dedicada a la venta de ropa. “Me encargo de vender y también actualizo las promociones de la tienda en redes sociales”, comenta.
Su ingreso consiste únicamente en un sueldo base de mil 200 pesos semanales, al igual que otra compañera. A pesar de ello, afirma que está haciendo un esfuerzo adicional: estudia los sábados con el objetivo de concluir su carrera de abogada.
El reporte de MCV advierte que el trabajo informal representa una desventaja adicional para las mujeres, pues se ejerce en condiciones más precarias y con mayores riesgos: sin acceso a seguridad social, guarderías y con una diferencia salarial más pronunciada que en el sector formal.
Sin embargo, la formalidad tampoco garantiza equidad. Incluso en estados con mayor desarrollo económico y mejores ingresos promedio, persiste la desigualdad de género, e incluso puede acentuarse.
Comparativo salarial
Cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad revelan que, mientras los hombres perciben en promedio 11 mil 490 pesos mensuales, las mujeres reciben 9 mil 825 pesos. Esta diferencia persiste pese a que el artículo 86 de la Ley Federal del Trabajo establece que a trabajo igual debe corresponder salario igual.
Mayor desarrollo no garantiza equidad
El estudio advierte que un mayor desarrollo económico no siempre se traduce en una menor brecha salarial. Por el contrario, en algunos estados esta desigualdad resulta más marcada.
Las cinco entidades con mayor disparidad en los ingresos entre hombres y mujeres son: Aguascalientes (24.9%), Querétaro (22.7%), Nuevo León (22.5%), Sinaloa (21.6%) y Quintana Roo (20.7%).
Favoritismo y falta de reconocimiento
Alejandra, empleada en una agencia de marketing donde trabajan cuatro mujeres y seis hombres, comenta que en su entorno laboral se percibe una clara desigualdad. “Valoramos menos el trabajo de las mujeres”, afirma.
Señala el caso de una diseñadora con experiencia, técnica y una sólida trayectoria dentro de la empresa, que no recibe el mismo reconocimiento que un pasante recién incorporado, al que su jefe impulsa de manera notoria.
Aunque reconoce que la diferencia salarial no es abismal, sí existe una preferencia hacia los hombres. “Sé que no es mucha la diferencia, pero sí hay favoritismo”, insiste.
Trabajo invisible y esfuerzo extra
Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, presentado por el colectivo Gobernanza Mx en el municipio Benito Juárez, revela que una mujer en el país debe laborar 61 días adicionales al año para igualar el salario que recibe un hombre.
Esta realidad se refuerza con datos de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo, la cual indica que las mujeres mexicanas destinan 42.8 horas semanales a actividades no remuneradas, frente a las 16.9 horas que dedican los hombres.
Según el INEGI, este trabajo no pagado representa el 26.3 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional, equivalente a 8.4 billones de pesos, lo que pone en evidencia la persistente desigualdad de género en el ámbito laboral.