El Gobierno de Yucatán ha destinado más de 22 millones de pesos de recursos estatales al combate y control del gusano barrenador del ganado (GBG), una plaga que desde mediados de año afecta a la producción pecuaria en la región.
De acuerdo con el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder), Edgardo Medina Rodríguez, los casos registrados en la entidad suman más de 350 animales afectados, aunque todos se encuentran bajo control gracias a la atención veterinaria inmediata y a la coordinación con la Federación, que ha aportado otros 52 millones de pesos a las labores sanitarias. Los recursos federales y estatales suman 74 millones de pesos.
El funcionario explicó que la instrucción del gobernador Joaquín Díaz Mena ha sido clara: no escatimar recursos y garantizar que ningún productor pierda animales por esta causa. “Estamos actuando de forma rápida, con personal capacitado en campo y el respaldo del Senasica, para evitar que la plaga se propague”, dijo.
El riesgo sigue latente
Aunque los brotes de miasis –la infestación causada por la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax– se mantienen controlados, el riesgo de expansión sigue siendo alto, pues la mosca adulta puede desplazarse largas distancias.
En Yucatán, la mayoría de los casos se concentran en los municipios del oriente y sur del estado, como Tizimín, Buctzotz, Panabá, Tekax, Akil y Peto, zonas con intensa actividad ganadera.
Medina Rodríguez recalcó que, pese a la alerta, ningún ganadero ha tenido que sacrificar animales ni cerrar ranchos. “La situación está bajo control. No hay motivo para alarmarse; se trata de una miasis que se atiende y se cura. Con los tratamientos adecuados, en pocos días el animal se recupera”, aseguró.
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Según el funcionario, más de 80 municipios han recibido atención directa, capacitación y medicamentos veterinarios para atender heridas, aplicar larvicidas y reforzar los cercos sanitarios.
“Los más de 70 millones de pesos invertidos entre Estado y Federación están dando resultados. Lo importante es que los productores actúen rápido cuando detecten los primeros signos”, subrayó.
Una amenaza regional
El gusano barrenador, erradicado oficialmente de México en 1991, reapareció este año en el sureste del país. La larva, que se alimenta del tejido vivo de animales de sangre caliente, puede provocar graves infecciones en bovinos, equinos, porcinos, perros y, en casos excepcionales, en humanos.
En agosto, autoridades sanitarias confirmaron el primer caso humano en Yucatán, lo que llevó a reforzar las campañas de prevención en toda la península.
El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) mantiene un cerco zoosanitario en coordinación con los estados de Campeche, Quintana Roo y Tabasco, así como con autoridades de Belice y Guatemala, para impedir la propagación de la mosca barrenadora en la frontera sur del país.
Clave: capacitación y vigilancia permanente
Una de las estrategias más efectivas ha sido la capacitación de los productores. Equipos de médicos veterinarios recorren ranchos y comunidades rurales para enseñar a los ganaderos cómo detectar las heridas sospechosas, aplicar los tratamientos de forma inmediata y reportar nuevos casos a las brigadas sanitarias.