
En el pueblo maya de Pomuch, ubicado en el municipio de Hecelchakán en el estado de Campeche, el Día de Muertos no es solo una fecha: es una ceremonia viva que se repite cada año con devoción, respeto y amor familiar. Aquí, los difuntos no se olvidan, se visitan, se limpian y se acompañan.
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La tradición más emblemática es la limpieza de huesos, una práctica que forma parte del Hanal Pixán, la comida de las ánimas. En Pomuch, las familias abren las tumbas, sacan los restos óseos de sus seres queridos, los limpian cuidadosamente, les colocan manteles bordados y les dedican oraciones. Es un acto de intimidad espiritual, donde la muerte se honra como parte de la vida.
Desde finales de octubre, el cementerio municipal se llena de visitantes, flores, rezos y aromas de pibipollo, mientras los habitantes preparan altares y comparten historias. El ambiente es festivo, pero también profundamente emocional, pues cada tumba es un reencuentro.
Cómo llegar a Pomuch, lugar campechano donde los muertos vuelven a la vida
Para llegar a Pomuch desde la ciudad de Campeche, se toma la carretera federal 180 rumbo a Hecelchakán, y en menos de una hora se alcanza este rincón donde la memoria se borda en tela y se limpia con cariño. Durante estas fechas, el pueblo recibe con los brazos abiertos a quienes desean vivir esta tradición única.