El problema central del presupuesto para 2026 presentado por el Gobierno del Estado de Campeche no es únicamente la deuda, sino la falta de claridad en el uso del recurso. Por ello, si es genuino el reclamo de integrantes del Poder Legislativo, esto no debería ser visto como una afronta; de lo contrario, si existiera un pacto previo, serán señalados por hacer “puro teatro”, aseveró el presidente de Contraloría Ciudadana, Javier del Carmen Bello Ávila, al insistir que lo que está sucediendo pretende mostrar un supuesto equilibrio de poderes que, en la práctica, no existe.
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A decir del entrevistado, ojalá esto no sea una “doble simulación” entre el Congreso del Estado y el Gobierno de Campeche, pues si bien las recientes declaraciones del líder del Poder Ejecutivo, José Antonio Jiménez Gutiérrez, podrían estar mostrando independencia, lo desafortunado sería que ya exista un pacto desde el interior del mismo grupo político.
Señaló que resulta incongruente que ahora, casi al finalizar el sexenio, el gobierno estatal argumente que la deuda servirá para detonar infraestructura, caminos cosecheros y obras prioritarias, cuando durante los primeros cuatro años de administración esos mismos proyectos fueron exigidos por ciudadanos, empresarios y organizaciones, pero nunca se ejecutaron.
Recordó que el Estado ha ejercido anualmente entre 27 y 29 mil millones de pesos, además de ingresos adicionales provenientes del Puente de la Unidad, el tres por ciento del impuesto estatal sobre nómina, el cinco por ciento al hospedaje, el predial y otras recaudaciones municipales y estatales. Por ello, la pregunta que todos se han hecho es: ¿a dónde está todo ese dinero y en qué se ha invertido?
Añadió que, a su juicio, el gobierno no ha presentado obras proporcionales al monto del presupuesto ejercido, lo que genera dudas legítimas sobre el manejo financiero. Tal vez ahora el Congreso del Estado pretende hacerlas ver, sin embargo, todo resulta extraño, más cuando el Congreso aparenta firmeza anunciando que llamará a comparecer al secretario de Finanzas y al de Economía para que expliquen la iniciativa.
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“No quisiéramos saber que al final todo esto fue puro teatro. Esta narrativa pretende mostrar un supuesto equilibrio de poderes que, en la práctica, no existe. Como Contraloría Ciudadana y en pleno contexto preelectoral, la ciudadanía debe observar con cuidado lo que está sucediendo, porque estas acciones podrían interpretarse como una estrategia para suavizar el ánimo social y preparar terreno electoral. Son cortinas de humo para aparentar preocupación por el pueblo justo cuando se acerca el proceso electoral”, afirmó.
Bello Ávila hizo un llamado directo a la Contraloría del Estado para que cumpla su función como primer órgano de vigilancia y supervise de manera estricta la aplicación de los recursos públicos. Finalmente, exhortó a la ciudadanía a no dejarse engañar por discursos o posturas, es decir, que cada palabra que se emita sea analizada, pues solo así se crearán criterios propios de lo que pueda estar pasando.
JGH
