
Con la participación de más de 300 personas que forman parte o en su caso apoyan a la población LGBTQ+, Campeche demostró su solidaridad con uno de los sectores que por años fueron minimizados e incluso les negaron el reconocimiento de sus derechos.
Pese a que la lluvia estuvo presente durante la marcha, esto no fue impedimento para que las banderas multicolores ondearan en lo alto, atuendos de todo tipo, mensajes de amor con la exigencia de respeto, el contingente recorrió el Malecón de la Ciudad en una muestra de solidaridad, visibilidad y resistencia.
Ciudadanos de todas las edades, incluso hubo familias completas y colectivos sociales, quienes respondieron al llamado por la exigencia de una sociedad más justa e incluyente, que garantice el reconocimiento de los derechos de todas las personas.
Aunque la lluvia, como cada año, estuvo presente lejos de ser un obstáculo, fue aprovechado por los presentes con la idea de que aún con la lluvia pueden brillar todos los colores, nadie retrocedió ni dudó en continuar, al contrario, los aplausos, cantos y bailes aumentaron con el agua.

La presencia de jóvenes fue la que tuvo mayor preponderancia, ya que las nuevas generaciones son las que están decididas a transformar la realidad con valentía y empatía, con cada paso, recordaron la importancia de defender los derechos de un sector históricamente marginado y silenciado.
Las pancartas que exigían respeto, leyes más justas y, sobre todo, reconocimiento pleno de su dignidad como ciudadanas y ciudadanos.

El desfile terminó en la Concha Acústica, donde estaba preparado un festival cultural denominado “Y después de la marcha: Noche de Juegos”, que incluyó presentaciones de la comunidad LGBT, música en vivo y performance drags, el ambiente fue de alegría.
El escenario se transformó en un espacio de expresión libre y arte diverso, en el que cada intervención dejaba el mismo mensaje “amar y ser uno mismo nunca debe ser motivo de vergüenza, sino de orgullo”.