La mañana avanzaba lentamente en la colonia Revolución, cuando el silencio habitual del vecindario fue interrumpido por el arribo de patrullas y una ambulancia. Eran poco después de las 8:00 a.m. cuando vecinos de la calle 26-B, entre 55 y 57, observaron con inquietud cómo los cuerpos de emergencia se detenían frente a un domicilio de fachada verde, con una cortina blanca que anunciaba una tienda de abarrotes. Dentro, se reportaba la presencia de un hombre aparentemente sin vida.
Los paramédicos de la Cruz Roja Mexicana fueron los primeros en ingresar al predio. La escena que encontraron fue lamentable: el cuerpo de un hombre pendía de una cuerda, sin signos vitales. No hubo nada que hacer. La muerte ya se había instalado entre las paredes de aquel negocio familiar, que hasta hacía poco era punto de encuentro cotidiano para muchos en la zona.
Elementos de la Dirección de Seguridad Pública procedieron a acordonar el lugar, impidiendo el paso a curiosos y testigos, mientras se aguardaba la llegada del Servicio Médico Forense (Semefo) de la Vicefiscalía. El objetivo era claro: preservar la escena para el debido procesamiento legal y determinar con precisión las circunstancias que rodearon el deceso.
La víctima fue identificada por vecinos como Don Juan, un hombre mayor, conocido en la colonia por su trato amable y su constante presencia detrás del mostrador de su tienda. Nadie parecía imaginar que detrás de su rostro tranquilo se ocultaba una lucha silenciosa. Algunos testigos señalaron que, en los últimos días, Don Juan se mostraba más callado, apagado, y que posiblemente atravesaba por una fuerte depresión. Sin embargo, los motivos exactos de su presunto suicidio aún se desconocen.
La noticia corrió como pólvora en el vecindario. La tristeza, la consternación y el desconcierto invadieron a quienes lo conocieron, mientras el cuerpo era trasladado al anfiteatro para la necropsia de rigor. Será ese análisis forense el que confirme oficialmente la causa de muerte y permita a las autoridades descartar cualquier indicio de violencia externa.
Por ahora, la investigación sigue abierta. Las autoridades ministeriales continuarán recabando testimonios y datos para esclarecer los hechos, mientras los vecinos despiden, con respeto y pesar, a un hombre que durante años formó parte de la vida cotidiana de la colonia.
JGH
