
Aunque las corrientes marinas indican que el reciente derrame de hidrocarburo afectaría principalmente las costas de Tabasco, organizaciones ambientalistas no descartan que la Península de Atasta, en el municipio de Carmen, pueda sufrir afectaciones debido a la proximidad de infraestructura petrolera obsoleta que atraviesa la zona.
Miguel Benítez Heredia, presidente de la organización Ecovigilantes A.C., se refirió a la presencia de hidrocarburo en al menos 16 kilómetros de litoral tabasqueño, que obligó al Ayuntamiento de Paraíso a izar la bandera negra y cerrar el acceso a playas emblemáticas como Playa Sol y Brisas del Paraíso. La contaminación alcanzó incluso la laguna de Mecoacán, afectando gravemente al sector pesquero y al corredor gastronómico de la región.
Aunque aún se desconoce el origen del derrame, todos los caminos apuntan a instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la Terminal Marítima de Dos Bocas, ya que pescadores locales reportan chapopote y aceite en el mar, peces muertos y desaparición de larvas de ostión.
Ante la amenaza para las costas carmelitas, Benítez alertó que, aunque las corrientes van de este a oeste, existe un riesgo latente de que los residuos lleguen a la zona de Atasta, especialmente si el derrame persiste o se amplía.
El activista indicó que Pemex podría alegar que se trata de chapopoteras naturales, pero responsabilizó a las posibles fugas de las tres líneas submarinas que conectan las plataformas Akal, del Activo de Producción Cantarell, con Ciudad Pemex, las cuales atraviesan directamente la región de Atasta y se encuentran en mal estado.

Benítez reiteró la urgencia de que Pemex rinda cuentas sobre el estado de su infraestructura y realice inspecciones inmediatas en los ductos submarinos. También hizo un llamado a las autoridades ambientales y municipales para establecer protocolos de vigilancia y reacción temprana.
“Atasta ya ha vivido antes las consecuencias del abandono institucional. No podemos esperar a que el crudo llegue para actuar”, dijo.
Este derrame se suma a una larga lista de incidentes que cuestionan la sostenibilidad del modelo energético nacional. Mientras el gobierno presume megainversiones y autosuficiencia energética, el impacto ambiental y social sigue creciendo a costa de comunidades enteras.
JY