El Gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, dio a conocer este viernes un documento de 33 páginas titulado Estrategia Nacional de Seguridad, en el que expone un viraje profundo de su política exterior. El texto detalla que Washington reforzará su influencia en América Latina, región que vuelve a colocarse como prioridad estratégica tras años de atención concentrada en Asia.
La nueva línea establece que Estados Unidos intensificará operaciones contra presuntas redes criminales en el Caribe y el Pacífico, promoverá cambios políticos en Venezuela y buscará asegurar infraestructura crítica como el Canal de Panamá.
Un “Corolario Trump” para recuperar influencia en el hemisferio
El documento resucita la Doctrina Monroe, que en el siglo XIX consolidó la hegemonía estadounidense en el continente, pero ahora bajo lo que denomina un “Corolario Trump”. Este principio avala reorientar la presencia militar global hacia amenazas “urgentes” en el hemisferio occidental y alejarse de regiones que, según el gobierno, han perdido importancia estratégica.
El texto adelanta que Washington ajustará despliegues militares y priorizará acciones de seguridad en América Latina, reforzando la vigilancia sobre actividades consideradas riesgosas para su interés nacional.
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Fin a la “era de las migraciones masivas”, eje central de la estrategia
En la sección dedicada a seguridad interna, la administración Trump fija una postura tajante: la migración será tratada como un asunto de seguridad nacional.
“La era de las migraciones masivas debe llegar a su fin”, señala el documento, al afirmar que el control fronterizo debe convertirse en pilar fundamental de la seguridad estadounidense. El Gobierno argumenta que la migración irregular está ligada a amenazas como terrorismo, narcotráfico, espionaje y trata de personas.
Críticas directas a la Unión Europea y respaldo a posturas antiinmigración
La estrategia también reprende a aliados europeos y asegura que Estados Unidos respaldará a quienes se opongan a los valores pro-migrantes promovidos por la Unión Europea. Washington advierte que Europa enfrenta “un declive económico” y una posible “pérdida de identidad” en las próximas décadas si mantiene sus políticas actuales.
La reacción no tardó: el ministro de Exteriores de Alemania, Johann Wadephul, declaró que su país “no necesita consejos externos”.
Competencia con China se mantiene, mientras cae la prioridad de Medio Oriente
Aunque el foco regresa al continente americano, el documento reafirma que China continúa siendo el principal competidor global de Estados Unidos. La estrategia descarta cambios sobre el estatus de Taiwán, pero exige más aportaciones de Japón y Corea del Sur para su defensa.
Por el contrario, Oriente Medio pierde peso estratégico. El Gobierno estadounidense señala que el aumento de producción energética en su propio territorio disminuye la necesidad histórica de centrarse en esa región, aunque enfatiza que la seguridad de Israel seguirá siendo prioritaria.
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