El fiscal general, Paulo Gonet, presentó cargos contra el expresidnete de Brasil, Jair Bolsonaro y 33 personas más, acusándolos de planear acciones ilegales para mantenerse en el poder.
Entre las acusaciones se incluye la supuesta conspiración para envenenar al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva y asesinar al juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes.
Un panel de cinco jueces del Tribunal Supremo comenzó las deliberaciones para decidir si aceptan los cargos presentados por Gonet. Si la mayoría vota a favor, los acusados serán formalmente imputados en un caso penal.
Bolsonaro y sus presuntos cómplices enfrentan cargos que incluyen participación en una organización criminal armada, intento de abolición violenta del estado de derecho democrático y daño calificado por violencia.
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De ser condenado, Bolsonaro podría enfrentar una pena de prisión significativa.
El expresidente ha negado repetidamente las acusaciones, calificándolas de persecución política. A pesar de los desafíos legales, Bolsonaro continúa buscando apoyo político y ha convocado manifestaciones en su favor.
Observadores legales consideran probable que el Tribunal Supremo acepte los cargos, lo que llevaría a un juicio penal. La decisión final del tribunal se espera en los próximos días.
Este proceso judicial podría tener implicaciones significativas para el panorama político brasileño y la estabilidad democrática del país.
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