La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, levantó oficialmente el toque de queda impuesto desde el pasado 10 de junio en el centro de la ciudad.
La medida había sido decretada en respuesta a las manifestaciones masivas contra las redadas migratorias federales, impulsadas por la administración del presidente Donald Trump.
En un comunicado, la mandataria demócrata explicó que la decisión se tomó tras observarse una reducción considerable en los actos de violencia y disturbios.
“Levanto el toque de queda a partir de hoy. Seguimos adaptándonos rápidamente al caos que viene de Washington y estaré preparada para volver a imponerlo si es necesario”, puntualizó.
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El toque de queda abarcaba un área de aproximadamente 2.5 kilómetros cuadrados en el centro de Los Ángeles, y fue parte de un protocolo de emergencia luego de jornadas de protesta que en algunos casos derivaron en vandalismo y saqueos.
Bass defendió que su administración aplicó un enfoque “gradual”, y el lunes ya había reducido las horas de restricción debido a la marcada disminución en incidentes violentos.
A pesar del levantamiento del toque de queda, se mantendrá una fuerte presencia del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) en la zona para preservar la seguridad pública.
El LAPD informó que no se registraron arrestos durante el domingo, posterior a la multitudinaria manifestación “No Kings”, en la que participaron más de 30 mil personas para expresar su rechazo a las políticas migratorias federales y al despliegue de tropas en diversas ciudades santuario.
La alcaldesa aseguró que su prioridad continúa siendo “la seguridad, estabilidad y el apoyo comunitario en los barrios del centro”, reiterando su compromiso con los derechos civiles y la protección de los residentes, en especial ante decisiones federales que afectan directamente a comunidades migrantes.
