
Pese a asegurar que la situación en Los Ángeles está “muy bien bajo control”, el presidente Donald Trump enfrenta una creciente tensión política y militar tras el estallido de protestas contra las redadas migratorias. Este lunes, el Departamento de Defensa confirmó el despliegue de 700 marines en la ciudad californiana, contradiciendo el tono tranquilizador del mandatario.

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El Comando Norte de Estados Unidos activó al 2.º Batallón del 7.º Regimiento de Marines, perteneciente a la 1.ª División, que había sido puesto en alerta desde el fin de semana. Estas fuerzas se unirán a la Fuerza de Tarea 51, ya desplegada en el área metropolitana de Los Ángeles para resguardar instalaciones federales, según detalló el Pentágono en un comunicado.
Cuestionado por periodistas sobre el despliegue de militares, Trump afirmó: “Creo que lo tenemos muy bien bajo control. Creo que habría sido una situación muy mala. Iba en la dirección equivocada. Ahora va en la dirección correcta”. También expresó su deseo de contar con el apoyo del gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, a quien calificó como “el gran beneficiario si se solucionan sus problemas”.
Sin embargo, la relación entre ambos mandatarios es tensa. El presidente incluso ha declarado que respaldaría el arresto de Newsom por su manejo de las protestas, lo que ha escalado el enfrentamiento político. En respuesta, el estado de California presentó este lunes una demanda contra el gobierno federal por lo que considera un “ilegal” despliegue de la Guardia Nacional sin el consentimiento del gobernador.
Según las autoridades estatales, es la primera vez desde 1965 que un presidente de Estados Unidos ordena un despliegue militar interno sin que lo solicite el gobernador afectado. Newsom acusó a Trump de provocar una “crisis artificial” y retó al zar de la frontera de la Casa Blanca, Tom Homan, a arrestarlo, luego de que este último sugiriera que los funcionarios locales podrían ser detenidos si bloquean la política migratoria federal.
JGH