
La tensión en las calles de Los Ángeles alcanzó un nuevo punto álgido este fin de semana, cuando cientos de manifestantes, en su mayoría mexicanos y otros latinos, ocuparon autopistas y calles en rechazo a las redadas migratorias impulsadas por el gobierno de Donald Trump. La respuesta de las autoridades fue contundente: gases lacrimógenos, caballos y el despliegue de 2 mil soldados de la Guardia Nacional para contener la protesta.

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En medio del caos, un manifestante encaró a un agente de migración de origen latino con una frase que resonó en redes sociales: “Puedo ver la vergüenza en ti; le diré a tu mamá cómo te jactas de reunir a la gente y llevarlos, ¿qué crimen cometieron? Nada”. La escena, ocurrida en Paramount, área de Los Ángeles, se sumó a la indignación por el arresto del sindicalista David Huerta, quien resultó herido durante su detención.
El gobernador de California, Gavin Newsom, y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, rechazaron las redadas y el despliegue militar. “Los Ángeles es una ciudad de migrantes, con un 50 por ciento de la población latina. Lo que vemos en Los Ángeles es el caos causado por el Gobierno; la gente debe ejercer su derecho a la protesta, consagrado en la Primera Enmienda constitucional”, expresó Bass. En contraste, Trump defendió la actuación de las fuerzas de seguridad: “Ellos escupen a los policías, nosotros golpeamos”.
Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum condenó las redadas y exigió respeto al debido proceso. “Hacemos un llamado respetuoso, pero firme, a las autoridades estadounidenses para que todos los procedimientos migratorios se realicen con apego al debido proceso, en un marco de respeto a la dignidad humana y al Estado de derecho”, declaró. Además, instruyó apoyo legal y consular inmediato para los mexicanos detenidos en los operativos.

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Las protestas continúan, mientras la comunidad migrante enfrenta un panorama cada vez más hostil en Estados Unidos.
JGH