Los gobiernos de México y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo crucial para enfrentar el desafío de las asignaciones de agua del río Bravo, conforme a los compromisos establecidos en el Tratado de 1944.
El entendimiento contempla la implementación de medidas inmediatas para mitigar el posible déficit en las entregas mexicanas hacia el final del actual ciclo.
Según informó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), las acciones acordadas incluyen transferencias de agua tanto de forma inmediata como durante la próxima temporada de lluvias, priorizando el abastecimiento de agua potable a las comunidades mexicanas que dependen de este recurso vital.
Estas medidas fueron delineadas durante reuniones técnicas bilaterales y serán formalizadas dentro de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
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La sección mexicana de CILA, en coordinación con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se encargará de supervisar la ejecución de las acciones y monitorear la evolución de las condiciones en la cuenca, con el objetivo de diseñar un plan integral para el próximo ciclo del Tratado.
Este plan incluirá la implementación de un mecanismo de consultas anuales de alto nivel para asegurar el cumplimiento sostenido de los compromisos de México en el presente y futuro ciclo de entregas de agua.
Asimismo, ambas naciones reafirmaron que el Tratado de 1944 sigue proporcionando beneficios mutuos, por lo que no se contempla su renegociación en este momento.
La cooperación entre México y Estados Unidos en materia de aguas fronterizas continúa siendo un pilar fundamental para el manejo sostenible de este recurso estratégico.
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