Por Yolanda Gutiérrez
Ingobernabilidad total en materia de transporte urbano, con concesionarias que, pese a tener prohibido circular por la Zona Hotelera, persisten en introducir más unidades de SEA, pasándose por el arco del triunfo las disposiciones oficiales, lo que no es de extrañar si se considera la impunidad con la que se maneja el transporte público en Cancún, tanto por parte de las cuatro concesionarias como de las empresas toleradas, que hacen y deshacen a su conveniencia, sin que autoridad alguna les marque un alto.
La realidad es que en el destino impera un caos total con Autocar, Turicun, Maya Caribe y Cooperativa Bonfil, que son incapaces de ofrecer un servicio digno de un destino de primera como es el nuestro.
El desorden es tal, que unidades de las cuatro concesionarias, así como combis de TTE, carecen de placas o trabajan con placas vencidas, pese a lo cual ni Tránsito municipal, ni la Dirección de Transporte y Vialidad, ni mucho menos el Instituto para la Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo), encabezado por Bibian Castillo, se atreven a marcarles el alto cuando se detectan tales situaciones.
Tampoco dice nada ninguna autoridad en la materia cuando las combis circulan con exceso de pasaje, lo que suele suceder especialmente en las horas pico, orillando a muchos usuarios a permanecer en pie o hacinados en bancas que en un principio estaban contempladas para sentar a un menor número de personas pero que, por la ambición de los dueños de las unidades, son modificadas de tal modo que en un lugar donde originalmente se acomodaban tres personas, actualmente se embuten hasta cinco.
Nadie se siente satisfecho en Cancún con el pésimo servicio que ofrecen concesionarias y empresas toleradas, especialmente las combis de TTE, que circulan por toda la ciudad sin tener el aval del municipio y siendo sus unidades las que protagonizan el mayor número de accidentes, algunos de ellos con víctimas mortales.
“Los choferes no nos ven como pasaje sino como otros 10 pesos más, por eso no les importa embutir en las combis y camiones a toda la gente que pueden, hasta el extremo que, en horas pico, en ocasiones es imposible moverse ni medio centímetro del lugar que se ocupa y, aún así, nos exigen a los que vamos parados que nos echemos más para atrás, cuando ya no entra ni un alfiler”, opinó Luis Venegas, usuario habitual del transporte público.
Y aunque las concesionarias renovaron parte de su flotilla y TTE no deja de meter nuevas unidades, todavía circulan camiones y combis que presentan un aspecto de lástima, con asientos que perdieron casi todo el hule espuma, ventanas que no abren e incluso pisos picados, con huecos a través de los que se puede apreciar la carpeta asfáltica.