
A diferencia del comercio establecido en el centro de la ciudad y de las playas afectadas por el arribo anticipado de sargazo, los cenotes de Tulum han mostrado un comportamiento turístico sostenido. Con una operatividad promedio anual que oscila entre el 50 y 70%, estos cuerpos de agua subterráneos se perfilan como uno de los principales atractivos para esta Semana Santa, en la que se espera alcanzar su capacidad total.
Freddy, operativo en Cenotes Casa Tortuga, confirmó que la afluencia de visitantes ha sido constante en las últimas semanas, y que ya se tiene prevista una ocupación completa para los días más concurridos de la temporada. “Estamos muy contentos de que la información que arroja el sistema de turismo de Quintana Roo nos indica que la conectividad al nuevo aeropuerto internacional de Tulum tendrá buena afluencia en Semana Santa”, declaró.
La ausencia de sargazo y la belleza natural de los cenotes, con aguas limpias y cristalinas durante todo el año, han sido elementos determinantes en su popularidad. Además, se trata de espacios que ofrecen una experiencia única, permitiendo nadar en cavernas milenarias, rodeadas de formaciones rocosas, peces y vegetación endémica.
El éxito de estos sitios también se vincula con el cambio de enfoque en los tour operadores, quienes han adaptado sus paquetes ante la creciente demanda por destinos de naturaleza. Los recorridos por cenotes se han convertido en parte central de la oferta turística, desplazando al centro urbano de Tulum y a las zonas más afectadas por el sargazo.

Este fenómeno contrasta con lo reportado por comerciantes del centro, quienes han denunciado una preocupante baja en las ventas, calles vacías y la falta de campañas de promoción efectivas. Las playas públicas, tradicionalmente abarrotadas durante este periodo, han registrado una reducción notable de visitantes, agravada por el arribo del alga marina, que en algunos casos ha dejado tramos costeros con acceso limitado.
Los cenotes, además de su valor turístico, tienen una relevancia cultural y ecológica para la región. En la cosmovisión maya, eran considerados portales sagrados al inframundo o Xibalbá, por lo que su conservación representa también un acto de respeto hacia este legado ancestral.
Mientras los negocios del centro urbano enfrentan desafíos por las nuevas condiciones del mercado y el impacto ambiental costero, los cenotes de Tulum consolidan su lugar como un refugio natural, seguro y atractivo, que responde a las preferencias actuales de un turismo más consciente, ecológico y alejado del bullicio urbano.