
El precio del pescado encareció en el municipio Benito Juárez, principalmente por las malas condiciones climatológicas de los últimos días, pero también por la inflación que, en marzo, aceleró y llegó a 3.8 por ciento.
De acuerdo con comerciantes del Mercado 23, durante esta Cuaresma, la venta se ha ido a pique porque los precios del pescado experimentaron un aumento significativo, de hasta el 35 por ciento. El precio es aun mayor si se compra en supermercados en lugar de mercados mayoristas o locales.

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“Muy baja la venta, primero fue la veda del pulpo, luego la de langosta y del mero; después vino la surada y ahora el frente frío, lo que no ha permitido que se logre sacar mucho producto local o de la región y entonces se elevaron los costos de producción”, explicó el trabajador de una pescadería.
El gasto de cada embarcación para ir a capturar boquinete alcanza casi 5 mil pesos por jornada, dijo, por lo que a los vendedores les llega el producto con un 30 o 35 por ciento de incremento, en relación con el año pasado.

En 2024, el kilo de boquinete costaba 180 pesos y ahora está en 250. “Entonces la afectación económica es bárbara”, dijo el entrevistado, quien lleva 16 años en el negocio.
Aclaró que el cliente que está acostumbrado a comprar pescado, lo sigue haciendo, pero en menor cantidad. Es decir, si en el pasado compraba 2 kilos, ahora, kilo y me dio, para no desajustar sus gastos.
Agregó que si antes los pesca dores le llevaban cada tercer día 70 kilos de robalo, por ejemplo, ahora les llevan sólo 30 kilos, porque el clima no ha ayudado.
Respecto al camarón 51/60 (de tamaño regular), el precio del kilogramo se ha incrementado constantemente, casi cada semana. Desde diciembre pasado, encareció unos 50 pesos. En contraparte, la tilapia no ha variado, porque no es un producto local.

El consumo de pescado en estas fechas ha bajado, algunas personas prefieren el pollo, por lo econó mico y para evitar la carne roja; o en su defecto buscan especies más baratas, con una diferencia que puede alcanzar hasta 60 pesos por kilo, dependiendo el tipo de producto. Los más caros son el boquinete, mero y pargo, y los más accesibles, la mojarra y la tilapia.
Aunque en la Cuaresma se genera un aumento en la demanda de escama y mariscos, y pescadores, comerciantes y restauranteros ven mejoría en sus ventas, el mal tiempo puede provocar baja producción y un incremento en su costo, que afecta a los consumidores, que buscan opciones más accesibles para satisfacer sus necesidades.