Nadie imaginó que una isla de pescadores llegaría a ser el destino turístico más importante del país. Tampoco se vaticinó que la “Joya del Caribe”, con los años, sería el botín de la delincuencia común y organizada.
De acuerdo con las autoridades, nueve grupos delictivos tienen presencia en la ciudad, mismos que a sangre y fuego van dejando huellas de sus crímenes, incluso, ocurridos a plena luz del día, en la llamada “guerra por la plaza”.
Casi nada queda de aquella ciudad que, en la década de los 70, con su crecimiento auguraba ser un semillero de empleos. La llegada de turistas de todo el mundo obligó a la gente a aprender idiomas para ofrecer sus artesanías, platillos y recuerdos.
Actualmente, comerciantes, medianos y grandes empresarios señalan que trabajan para pagar al crimen organizado, ya que nadie vaticinó que estos grupos afectarían cada sector de la sociedad. Algunos expolicías reconocen que fueron superados por la delincuencia y que no hay estrategia capaz de frenarla.
En los 90, los cargamentos de droga comenzaron a llegar desde Sudamérica y eran distribuidos en la Riviera Maya, vendiéndose al menudeo en los principales centros nocturnos. Esos lugares, visitados por jóvenes turistas, se convirtieron en puntos de venta. Hoy, muchos bares han cerrado por cobros de piso y otros están en ruinas.
El declive comenzó en 2004, con la masacre de 12 personas, tres de ellas agentes de la extinta AFI. Desde entonces, han circulado mensajes acusando a policías de colaborar con el crimen.
Hoy, solo en Cancún, operan nueve organizaciones criminales dedicadas a extorsión, venta de droga, homicidios, secuestros y robos. Las víctimas mueren por no pagar rescates, pertenecer al bando contrario o estar en el lugar equivocado.
La violencia se ha vuelto cotidiana: homicidios brutales a plena luz del día frente a cámaras de vigilancia. Las playas están llenas de narcomenudistas, y las calles tienen baches, basura y alumbrado inservible. La inseguridad disuade a turistas, incluso con alertas de viaje emitidas por sus países.
En cada elección en Cancún, los candidatos prometen combatir el crimen, sin resultados. Madres excavan con sus manos, mientras otros lloran a familiares asesinados o desaparecidos. Muchos comerciantes han perdido todo sin apoyo de la Fiscalía General del Estado (FGE).
En la última década, los empresarios, dueños de bares y spas han sido blanco del crimen. En 2014, uno fue incendiado, dejando cinco muertos. En abril de 2015, la FGE detuvo al supuesto líder criminal responsable.
Desde 2015 hasta marzo de 2025, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registró 686 carpetas por delitos similares.
En 2016, la fuga de 10 reos de la banda “Los Sureños” generó pánico. El motín fue un distractor, y hubo presunta complicidad del personal penitenciario. Hasta marzo de 2025, se han reportado cinco fugas más.
En 2017, un ataque armado con granadas a instalaciones de la FGE y el C4 dejó un agente muerto y tres sicarios abatidos. La ciudad se paralizó entre balaceras, comercios cerrados y ciudadanos atrapados en el transporte público. Después se supo que fue la presentación de un nuevo cártel.
En los últimos 10 años, se han iniciado 4,945 carpetas por delitos contra la salud. En 2018, se asesinaban dos personas por día, en promedio. Óscar Montes de Oca, exfiscal, declaró que el 95% de los crímenes estaban ligados al crimen organizado, con 3,090 ejecuciones, incluidos menores y víctimas colaterales.
Agresión extrema
Un caso de violencia familiar extrema conmocionó a la ciudadanía en julio de 2019: una mujer fue rescatada junto a sus dos hijos desnutridos, uno de ellos encadenado. El agresor fue detenido y permanece en prisión. Por delitos similares, se han abierto 4,153 carpetas hasta marzo de 2025.
En marzo de 2020, al inicio de la pandemia, se reportó el secuestro de una niña de un año y siete meses. Fue hallada días después, víctima de violencia sexual y feminicidio. El responsable fue detenido.
En la última década, 57 mujeres han sido víctimas de feminicidio. Entre 2,716 homicidios culposos y 80 secuestros denunciados en 2024, la mayoría de las víctimas han sido jóvenes mujeres.
JGH