En la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de Cancún (AIC) se vivió una despedida especial. Laura Castrazán, originaria de Ciudad de México, pero residente de Playa del Carmen desde hace unos años, acudió junto a sus tres perros para despedir a su novio, quien tras unos días de visita regresaba a la capital del país.
La escena fue protagonizada por “Tenoch”, un schnauzer, color negro, de siete años, quien es considerado por Laura como parte fundamental de su familia. A lo lejos, junto a su dueño, estaban también “Loki” y “Maui”, sus otros dos perros de raza grande, de cuatro años y siete meses de edad, respectivamente. Los tres canes son inseparables y han crecido bajo el cuidado de Laura.
La entrevistada reveló que apenas comenzó su relación, tuvo que mudarse al Caribe Mexicano, específicamente a Playa del Carmen, donde anteriormente vivió por 13 años; sin embargo, esto no lo tomaron como un impedimento y ambos decidieron continuar con su amor y viajar para verse cada cierto tiempo
“Tenoch” lleva ese nombre en honor a Tenochtitlán, ya que fue rescatado en Ciudad de México. Relató que suele viajar con él cada tres o cuatro meses para visitar a su pareja en la capital, pero esta fue la primera ocasión en la que su novio vino a Playa del Carmen y convivió con sus mascotas.
Las despedidas no son fáciles para “Tenoch”. Laura compartió que cada vez que su novio se regresa, el schnauzer se pone triste durante varios días, incluso, semanas. “Se deprime un poco, lo noto más apagado, como si extrañara su presencia”, dijo.
La unión entre los tres perros es evidente. “Loki”, “Maui” y “Tenoch” comparten paseos, juegos y también los momentos de despedida. Por eso, estuvieron presentes en el aeropuerto, acompañando a su dueña y a quien consideran parte de su manada. La escena fue breve, pero significativa, un recordatorio de que los lazos afectivos entre humanos y mascotas trascienden las distancias y las despedidas.