Yucatán

Naturaleza fascinante: Captan a un kau en Timucuy, Yucatán, disfrutando de una naranja

La hembra de Kau o zanate mexicano, fue documentada mientras saciaba su sed con el líquido de una naranja.
El kau o zanate no es especie nativa de la Península de Yucatán
El kau o zanate no es especie nativa de la Península de Yucatán / Cristina Cauich

La observadora de aves, Cristiana Cauich, sorprendió mediante redes sociales, al revelar el peculiar registro de una hembra de kau como se le conoce en lengua maya o zanate mexicano (Quiscalus mexicano), que se encontraba sobre un árbol bebiendo el líquido de una naranja.

De acuerdo a lo informado por la propia Cauich, la extraordinaria grabación fue lograda en la subcomisaría de Tekik de Regil, perteneciente a Ticumuy, municipio aledaño a la ciudad de Mérida, situado cerca del perímetro de la Reserva Ecológica Cuxtal.

"Los carpinteros picotean las naranjas y otras aves aprovechan, aquí una hembra de zanate mayor comiendo o bebiendo naranja" compartió la naturalista. Este tipo de evidencias remarcan la relevancia de la interacción entre las diversas especies silvestres.

Una ave que no es nativa de la Península de Yucatán

A pesar de que se le puede observar en todo tipo de entornos, incluidas las zonas urbanas, el kau no es una especie nativa de la región. El ave es originaria de las tierras bajas tropicales del estado de Veracruz, en la región de la vertiente del Golfo de México.

De acuerdo con el artículo científico denominado El increíble zanate mexicano: un cuento futurista, de las autoras Belen Alhely Acosta y Romero e Iriana Zuria de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, el emperador azteca Ahuitzotl introdujo al zanate mexicano en el Valle de México.

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Se cree que fue entre 1486 y 1502, durante la época pre-colombina, cuando se intercambiaban aves por sus plumas o se guardaban en aviarios por su apariencia o canto, que la especie fue trasladada a otras regiones del país.

A partir de ese momento, el zanate comenzó a expandir su distribución hacia el norte y se le consideró como uno de los invasores biológicos más impresionantes de México, Estados Unidos y el sur de Canadá en el siglo XX.