
La sequía que azota el campo yucateco ha acabado con las zonas donde normalmente se alimentan animales silvestres, los cuales para sobrevivir han llegado a parcelas y cultivos, generando pérdidas para los campesinos, quienes a pesar de todo entienden que ellos también tienen derecho a buscar la supervivencia.
Esta situación afecta las cosechas de la temporada en Sinanché, pues los animalitos han comido las producciones, por lo cual los hombres de campo tienen que tomar medidas para evitar pérdidas económicas.
Los parcelarios mencionaron que debido a las altas temperaturas, la gran mayoría de los árboles frutales silvestres se ven afectados, pierden sus frutos, y dejan sin alimento a la fauna que se alimenta de ellos. La falta de lluvias a retrasado la recuperación de los montes.
El campesino Miguel Moo comentó que por esta situación las aves silvestres han ir devorando las varas de frijol maya que se encuentra en producción, lo que genera una disminución en las cosechas que se llevan a Mérida.
“No podemos hacer nada, es normal que por el calor los animales buscan comida donde sea. Desafortunadamente, nos vemos afectados, pero ellos también tienen derecho de buscar la supervivencia”, comentó el hombre de campo.
Además de las aves, pequeños mamíferos como el coatí o pizot llegan a los cultivos para comer cuanto pueden. Como soluciones parciales se han instalado latas que hacen ruido, o telas a manera de espantapájaros que simulan la presencia humana, pero los animales se acostumbran a ellos y reanudan el consumo de los cultivos.
En otras parcelas donde los cultivos son mayores, los campesinos tienen que colocar cajas para cubrir los frutos como pepino, calabaza y sandía, ya que estos son favoritos de los mamíferos. Dijo Miguel Moo que “hay compañeros que tienen que tapar su cosecha cuando es extrema la afectación. Si no se protege se la comen los animales y la pérdida es bastante”.
Lo único que puede ayudar en este momento es la llegada de las lluvias, lo cual recuperaría el monte, y con ello la alimentación de los animales silvestres.
Una situación parecida se vive en Tizimín, en donde la sequía y otros fenómenos naturales ha causado la pérdida de semillas nativas para la siembra de las milpas.

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Los campesinos se enfrentan a este problema una vez más y tendrán que acudir a otras localidades donde pudiera haber el grano criollo para poder cultivar, según reveló el campesino Alfredo Can, quien dijo que ya son más de ocho años que sufren la pérdida de las cosechas, y por consiguiente hasta las semillas nativas, no sólo de maíz, sino también de diferentes variedades de leguminosas y frutos.
Las sequías, las plagas y los animales del campo han ocasionado estas severas pérdidas, y este año no pinta favorable, pues la sequía está en su apogeo, pero lo que más afectará a los campesinos es la falta de semillas, pues en años anteriores han acudido en Valladolid y sus comisarías en busca de granos nativos, pero ahora no saben a dónde irán, ya que las pérdidas han sido parejas.