
Yucatán enfrenta una alarmante realidad: más de 70 mil niños y adolescentes trabajan para sobrevivir, según revelan los últimos datos de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) realizada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).
Esta cifra representa el 15 por ciento de la población infantil del estado, porcentaje que refleja un crecimiento sostenido desde 2019, cuando la tasa era del 11.9 por ciento.
Lejos de disminuir, el trabajo infantil ha ganado terreno en los últimos años, pese a los discursos oficiales y la existencia de un protocolo estatal que, según denuncias de expertos, permanece sin aplicación efectiva y no ha frenado la explotación de menores.

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Según los datos del Inegi, el 55.1 por ciento de los menores se emplea en el sector terciario, es decir, en actividades relacionadas con comercio, turismo y transporte, donde la informalidad y la desprotección son comunes. Otro 32.9 por ciento trabaja en el sector secundario, en industrias y manufacturas, mientras que el 10.2 por ciento labora en el sector agropecuario, con largas jornadas bajo el Sol y sin prestaciones.
Pero lo más grave, advierten organizaciones civiles, es que miles de niños provenientes de otros estados como Chiapas, Oaxaca y Veracruz continúan siendo explotados en los cruceros y calles de Mérida, sin que se logre detener esta práctica, claramente prohibida por la legislación mexicana.
El representante de la Red de Protección a la Infancia en Yucatán, Víctor Chan, fue enfático al señalar que el Día del Niño no debe ser solo una fecha simbólica, sino un llamado urgente a la acción. “No basta con regalar juguetes un día al año. Es necesario garantizar que todos los niños puedan vivir su infancia libres de explotación, con acceso a la educación, salud y protección”, afirmó.
Ayer, en un recorrido se constató el contraste entre los niños que salían de las tiendas departamentales con juguetes nuevos en mano y aquellos que, en lugar de celebrar, pasaron el día trabajando al lado de sus padres en mercados, calles o centros de abasto, expuestos a peligros físicos, maltrato y abandono. Víctor Chan destacó que Yucatán cuenta con un protocolo para prevenir y erradicar el trabajo infantil.
Los especialistas señalan que para revertir esta situación no basta con discursos: se requiere una estrategia integral, que incluya mayor inversión en educación, apoyos a familias vulnerables, vigilancia activa, fiscalización a empresas y comercio informal, así como programas comunitarios de prevención.