En un pequeño rincón del municipio de Huhí, entre herramientas, virutas y madera, Jerald Ac Congo da forma a más que objetos: esculpe a una historia de lucha, fe y emprendimiento.
A sus 24 años, este yucateco ha logrado captar la atención en redes sociales gracias a su habilidad para el tallado en madera, oficio que aprendió en tan sólo 15 días y que hoy se ha convertido en su principal fuente de ingresos y motivación.
Jerald padece del síndrome de Morquio, una enfermedad poco común que afecta el desarrollo óseo y la movilidad. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para construir una carrera basada en el esfuerzo, la creatividad y el deseo de superarse.
“Me llevó aproximadamente 15 días aprender el tallado de madera. Fue a través de la invitación de un amigo; aunque me negué al inicio, finalmente me gustó, y lo primero que hice fue crear rifles de juguete para vender durante las fiestas patrias”, expresó con orgullo.
Aunque terminó la primaria, Jerald decidió no continuar sus estudios tras vivir una experiencia difícil con un docente en sexto grado.
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“Todo iba bien en el colegio hasta que tuve un maestro muy estricto, y mejor ya no seguí. Decidí dedicarme a otras cosas”, comentó.
Su historia con la madera comenzó con curiosidad y pronto se convirtió en pasión. Tras adquirir sus primeras herramientas, empezó fabricando escopetas de madera, que rápidamente se vendieron entre amigos y vecinos de la localidad de Huhí.
El alcance creció gracias a las redes sociales y la recomendación de conocidos: “Después elaboré más piezas y esas se enviaron a Mérida. Esto fue posible gracias a la promoción que tuve de un amigo”.
Ha creado una amplia gama de productos que incluyen marcos, cuadros, letreros personalizados, llaveros y figuras religiosas, entre ellas imágenes de la Virgen María, las más laboriosas según comentó el joven.
Cada pieza puede tomarle desde dos días hasta una semana en ser terminada. “Todo mi trabajo lo publico en Facebook como Jerald Ac Congo y en TikTok como hijosdedios505”, añadió.
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El joven emprendedor no está solo, cuenta con el apoyo incondicional de su familia. Su papá Carlos Ac, su mamá Silvia Congo, y hermanos colaboran con él y juntos han creado un pequeño taller en casa.
“Todas las ganancias del comercio se invierten en material y herramientas. Aquí en mi casa me ayuda un verdadero equipo”, afirmó.
Jerald no sólo talla madera, también canta, ya que desde pequeño ha sido parte del coro de su iglesia y continúa cultivando su faceta artística como intérprete de música cristiana. Compone, ensaya y graba alabanzas que sube a sus redes, alcanzando a un público que aprecia su talento vocal.
Este joven es ejemplo de resiliencia y vocación, su historia demuestra que con voluntad y creatividad, se puede transformar no sólo la madera, sino también la vida.
