
Espionaje, favoritismo, falta de transparencia y un ambiente de acoso laboral son parte de las graves denuncias que maestras de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), Unidad 31-A, han hecho públicas ante la redacción de POR ESTO!, para visibilizar lo que califican como una crisis institucional provocada por el actuar del director, Juan Ramón Manzanilla Dorantes.
Las profesoras Azurena del Socorro Molina Molas, secretaria de la delegación del SNTE sección 33, y Lourdes Espadas Ceballos, académica de base, entregaron documentación que respalda las irregularidades que aseguran viven día a día dentro de la institución, y que próximamente harán llegar al gobernador Joaquín Díaz Mena, con el fin de solicitar su intervención directa.
Una de las principales denuncias está relacionada con la forma en que se otorgan plazas dentro de la universidad, sin convocatorias públicas ni procesos de evaluación conforme al reglamento institucional. Según detalló la maestra Espadas Ceballos, el director ha otorgado contratos a discreción, incluso a personas cercanas a funcionarios administrativos.
“Nuestros reglamentos establecen que, si ya presentaste examen de oposición y tienes más de dos años dentro de la institución, puedes aspirar a una ampliación o recategorización. Pero tanto el director como el consejo han hecho caso omiso de estas normativas”, explicó.
Incluso se denunció el caso de una secretaria que solicitó que su hija —aún estudiante— fuera contratada, pese a que hay personal con más antigüedad en lista de espera para una base. Además, recientemente se habría “regalado” una plaza de guardia de seguridad a una secretaria, sin que se realizara un proceso competitivo y transparente.
Las maestras también denunciaron un clima de acoso laboral y persecución, en el que se vigila y castiga a quienes no comulgan con las decisiones del director. A modo de ejemplo, se refirieron a casos de trato diferenciado durante años sabáticos, donde una de ellas fue retirada de sus funciones de asesoría académica, mientras que a otro docente sí se le permitió comisionarse a pesar de estar en la misma condición.
“Hay una persecución personal hacia mí, pero no puedo hablar abiertamente porque soy personal de tiempo completo desde hace muchos años”, denunció una de las docentes. Una de las situaciones más preocupantes señaladas fue la instalación de cámaras de vigilancia en toda la institución, sin informar al personal, lo que ha generado un clima de desconfianza generalizada.
“Parece que sólo en el baño no hay cámaras. Se vive una especie de persecución dentro de la universidad. A una compañera incluso le destrozaron el parabrisas de su auto y el director se negó a proporcionar las grabaciones”, relataron.
Las maestras también acusaron que el director no ha realizado informes ni reuniones plenarias para comunicar al personal las decisiones institucionales. Además, se ha permitido que personas contratadas -no de base- ocupen coordinaciones académicas, lo que va en contra del reglamento que exige que sean docentes con base quienes ocupen esos cargos.