
En el muelle del Camino Real, en la ciudad capital, ya no hay seguridad para dejar los artefactos de pesca, especialmente los motores de las embarcaciones, debido al riesgo de robo, advirtió el pescador Hipólito Yeh Chan. Con 61 años navegando en aguas campechanas, lamentó la creciente inseguridad que prevalece en los sitios donde los hombres de mar colocan sus herramientas de trabajo, como es su caso en dicho muelle.
Relató que se encontraba acostado en su embarcación cuando escuchó un ruido y observó a una persona que descendía de una motocicleta, acompañado de una mujer, y se dirigía hacia su lancha; al no ser visto por los extraños, se incorporó y les preguntó qué buscaban, lo que provocó que el hombre se retirara del lugar; sin embargo, esto solo generó en él mayor inquietud.
Reconoció que, tras hacerles un llamado de atención, les advirtió que sería la primera y última vez que los vería en esa actitud sospechosa, presuntamente con intención de robo, pues si regresaban, no se quedarían sin consecuencias. Expresó su molestia, ya que el motor de su embarcación es nuevo y representa una herramienta fundamental para su trabajo; precisamente fue esa parte la que el sujeto se acercó a observar, lo que incrementó su desconfianza y lo llevó a cuestionarlo de inmediato.
Reiteró que cualquiera puede perder el control al descubrir que le roban su equipo, sobre todo al saber que, cuando atrapan a un ladrón, apenas lo encierran tres días y luego lo dejan libre, lo cual incrementa la frustración de quienes sufren estos delitos.
Debido a estos hechos, reveló que ha perdido la confianza para dejar sus herramientas en el muelle o dentro de su embarcación, ya que el robo de estas representa una grave afectación económica para cualquier pescador, en particular para él y sus ingresos. Por ello, decidió trasladar su motor al muelle del 7 de Agosto, aunque eso implique recorrer un tramo más largo; asimismo, dijo que ya no pasará la noche en su embarcación por seguridad.
Incluso, compartió que, según información entre pescadores, también los hombres de mar de Seybaplaya han sido víctimas de robo de motores, pues hace tres días también fueron despojados de sus herramientas de trabajo. Sus compañeros asintieron que esta problemática no es exclusiva de su zona, sino que los pescadores de distintos puntos del Estado enfrentan la misma inseguridad, especialmente por el robo de motores, cuya venta en el mercado negro representa una ganancia atractiva para los delincuentes.
JY