
El Viacrucis viviente del barrio de Santa Ana, en la ciudad de San Francisco de Campeche, es una de las tradiciones religiosas más arraigadas y emblemáticas del estado. Este 2025, la representación ininterrumpida cumple 63 años de realizarse desde que fue iniciada por frailes franciscanos en la década de 1960 como parte de un esfuerzo de evangelización a través del teatro religioso.
Una tradición viva y comunitaria
Cada año, alrededor de 50 feligreses participan en la escenificación de la Pasión de Cristo, seleccionados entre los grupos apostólicos y la comunidad parroquial. La preparación comienza semanas antes con un retiro espiritual, seguido por confesiones, participación en la Eucaristía y ensayos nocturnos durante la Cuaresma.
La representación inicia el Domingo de Ramos, con Jesús entrando en Jerusalén montado en un burrito desde la avenida República hasta la iglesia. El Viernes Santo, el Viacrucis recorre las calles del barrio durante aproximadamente tres horas y culmina con la crucifixión en el atrio de la parroquia
Curiosidades y momentos memorables

A lo largo de los años, el Viacrucis de Santa Ana ha generado anécdotas entrañables. En sus inicios, los actores eran jóvenes del barrio que, con entusiasmo y fe, asumían los roles bíblicos. Uno de los primeros intérpretes de Jesús recordó que, durante una escena, un espectador con bastón intentó ayudarlo mientras cargaba la cruz, y él pidió a los soldados permitirle acompañarlo por un tramo, lo que conmovió a los presentes.
Testimonios
Mientras que Guadalupe Chi, una joven de aproximadamente 30 años, dijo a Por Esto! que acudió a la misa de jueves Santo. conocida por el lavatorio de pies que realizó Jesús a sus discípulos, y que recordó momentos que vivió en su infancia en esta iglesia. Señaló que la parroquia de Santa Ana siempre se ha reconocido por realizar estas actividades.
"Recuerdo cuando mi mamá me traía desde temprano para presenciar la pasión y muerte de Jesús, desde Domingo de Ramos, Jueves Santo que al finalizar la misa repartían pan, pero lo que más me gustaba era el Sábado de Gloria que al finalizar la misa hacen alabanzas", señaló

Además entre los presentes, Laura García y su familia mencionaban el gran valor que tiene estas representaciones para hacer conciencia entre las nuevas generaciones.
Esta tradición no solo fortalece la fe de los participantes, sino que también atrae a visitantes de otras comunidades, convirtiéndose en un referente cultural y espiritual de Campeche.
El Viacrucis viviente de Santa Ana es un testimonio de la devoción y la cohesión comunitaria, que año con año renueva el compromiso de los campechanos con su fe y sus tradiciones.