
El sol apenas despuntaba en el horizonte de la capital del Estado cuando los primeros grupos comenzaron a llegar al domo habilitado en la unidad habitacional Siglo XXI con lonas enrolladas bajo el brazo y carteles improvisados con frases de apoyo para darle la bienvenida a la primera Presidenta de México: Claudia Sheinbaum Pardo. Hombres, mujeres y niños se congregaban en un ambiente festivo.

Noticia Destacada
Presidenta Claudia Sheinbaum supervisa obra del Tren Ligero en el Aeropuerto Internacional de Campeche
No era un acto más, se respiraba en el aire la emoción de quien recibe a alguien querido. Se organizaban en pequeños grupos, ensayaban porras, afinaban los detalles de sus mantas que, al desplegarse, dejaban ver mensajes llenos de afecto. “Yo amo a la Presidenta”, “Gracias Presidenta por los programas sociales”, “Candelaria está contigo”, fueron solo algunas de las muchas frases con las que los campechanos manifestaron su cariño a la mandataria federal. Algunos que viajaron desde comunidades lejanas, madrugaron para asegurarse un lugar en el domo. “Vine a ver a mi Presidenta”, exclamaba una mujer de cabello entrecano que sostenía con orgullo una pancarta verde escrita a mano.
Visita Claudia Sheinbaum: Galería
La espera fue larga, pero la emoción nunca menguó, a cada tanto, alguien iniciaba una consigna y el resto la seguía con entusiasmo, haciendo vibrar el domo no solo con gritos sino con esperanza. Y entonces, el momento llegó. La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo apareció frente al pueblo campechano, sencilla, sonriente, caminando hacia el escenario mientras saludaba a la multitud que estalló en aplausos, vivas y gritos de respaldo. "¡Presidenta, presidenta!" retumbaba como un solo eco, como una voz nacida de miles de gargantas.
Por unos momentos, no hubo protocolo ni discursos, solo un pueblo que, con lonas, voces y abrazos a la distancia, le recordó a su Presidenta que en Campeche tiene un hogar. La visita continuó, los actos oficiales se realizaron, pero el recuerdo que quedará imborrable es el de ese encuentro genuino: el de una Presidenta que no camina sola y un pueblo que la cobija con su cariño.
JY