La capilla del barrio de San Pedro se vistió de manteles largos para celebrar la última novena en honor a su santo patrono, evento que congregó a una nutrida participación de la feligresía católica. La tradicional procesión partió de la capilla recorriendo la calle 25 hasta el centro de la ciudad, para luego retornar al templo, donde se ofrecieron platillos de dulces a los asistentes y concluyó con la quema de los tradicionales toritos petates.
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Como cada año, los vecinos del barrio colaboraron activamente en la realización del evento, que fue coordinado por las patronas Hermelinda Pech y Rosalinda Cabrera, quienes año con año se organizan junto a las vecinas para mantener viva esta manifestación de fe y tradición popular.
Las organizadoras señalaron que el objetivo es fortalecer el tradicional novenario, el cual, en décadas pasadas, incluía de tres a cuatro días de fiesta popular, con corridas de toros y bailes en honor a San Pedro. Sin embargo, tras la donación del terreno donde se realizaban estos festejos para la construcción del nuevo hospital estatal, dicha celebración quedó suspendida.
Hasta la fecha, no se ha encontrado un nuevo espacio para reanudar estas actividades, que no solo eran parte del fervor religioso, sino que también impulsaban la economía local, beneficiando a comerciantes de fritangas, frutas de temporada y juegos tradicionales.
No obstante, las socias anunciaron que exsocios y familias del barrio han comenzado a organizarse con el fin de recuperar esta feria tradicional, que representaba uno de los eventos más esperados del año por la comunidad de Dzitbalché.
JGH