
Hasta el momento ningún plantel educativo en Ciudad del Carmen ha solicitado a la Dirección de Regulación Comercial y Reglamentaria el retiro de ambulantes ante la implementación del programa Vida Saludable en las Escuelas, informó su titular, Miriam Bernal Colomé, al indicar que en caso de que directores de las escuelas hagan la solicitud podrán proceder, pero aunque ellos les pidan a quienes venden comida chatarra que no estén en los alrededores de los planteles, saben que estos vendedores pueden alegar que están en la vía pública.
El lunes pasado en escuelas de todo el país, de cualquier nivel educativo, quedó restringida la ingesta de alimentos y bebidas con bajo valor nutrimental y con exceso de azúcares. Esto ha derivado en una ola de comentarios positivos, principalmente al tratarse de un asunto de salud de niños, adolescentes, jóvenes y hasta adultos; programa en el que el personal administrativo y docente también está incluido para impulsar la medida de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Sin embargo, uno de los principales comentarios es que las personas que viven de la venta de alimentos y bebidas a las afueras de las escuelas, pagarán las consecuencias, ya que muchos padres, con tal de evitar que sus hijos sufran por “no comer lo que les gusta”, los enviarán con lunch y no comprarán lo que se vende en la calle, pues tendrá que ser sano.
Al menos en Ciudad del Carmen, los directivos, conscientes del daño económico que representaría para estos comerciantes, decidieron pedirles que los alimentos o bebidas estén dentro del listado de lo permitido en la tiendita escolar y, por ello, hasta el momento ninguna escuela ha solicitado que sean retirados estos ambulantes, que por lo regular están situados en los alrededores de los centros escolares, antes del ingreso o a la salida de clases.
Bernal Colomé indicó que hasta el momento no se ha tenido alguna solicitud por parte de las autoridades educativas; sin embargo, en caso de haber alguna solicitud directa a la instancia que dirige, tendrían que tomar ciertas medidas, puesto que los alumnos o los mismos padres podrían comprar la mercancía e ingresarla al plantel, yendo contra la determinación de la SEP.
“Si hay una solicitud directa, tendríamos que hacer una reubicación del comerciante, pero hasta el momento no hay ningún requerimiento; aun así, estamos preparados para que, en este caso, si se presentara alguna solicitud, los inspectores deberán alejarlos de los accesos”, comentó.
Bernal Colomé señaló que si, aun retirándolos de las cercanías o entradas de los colegios, los padres de familia continúan adquiriendo productos con bajo valor nutrimental, entonces la autoridad educativa, como la Dirección de Regulación Comercial y Reglamentaria, quedarían sin ejercer ningún tipo de medida para evitarlo.
jY