
A pesar de haber sido víctima de una brutal agresión en 2022, Brillit Landero Montejo enfrenta una condena de tres años de prisión, emitida por la misma jueza que en enero de 2025 la había declarado inocente por falta de pruebas. Este caso, que fue hecho público el fin de semana tras evidenciar una cadena de irregularidades en el proceso judicial que hoy la mantiene al borde del encarcelamiento, llevó a colectivos feministas a respaldarla y manifestarse pacíficamente en el Malecón Costero la tarde de ayer.
Luego de que el domingo pasado lograra hablar con la presidenta Claudia Sheinbaum en su visita a la isla y lograra entregarle su expediente completo, una carta dirigida al Gobierno Federal y fotografías de las lesiones que sufrió durante la agresión que originó el caso, explicó que fue apenas el lunes cuando su caso tomó un giro inesperado: la apelación que ingresó ante la Sala Mixta ratificó la sentencia emitida por la jueza Rocío Alducin Pérez en mayo pasado. Así, pese a haber sido golpeada, apuñalada y víctima de intento de homicidio, terminó siendo ella la procesada por el supuesto robo de una cadena.
“Las personas que me atacaron son las mismas que hoy me acusan. Me condenan sin pruebas, sin testigos y con una versión llena de contradicciones”, declaró Brillit, mientras otras mujeres de colectivos feministas la acompañaban en la manifestación pacífica en las inmediaciones del barco Galeón Pirata del Malecón Costero.

Afirmó que el caso ha estado plagado de inconsistencias y que la muestra más evidente de que algo anda mal es que la jueza Alducin Pérez, quien el 24 de enero la había absuelto por “no existir delito que perseguir”, cambió su postura en mayo y la encontró culpable. La joven madre de cuatro hijos aseguró que todo se basa en una denuncia fabricada y declaraciones manipuladas por personas con presuntos vínculos dentro de la Fiscalía local.
Además, señala que fue abandonada por las autoridades tras la agresión, ignorando sus heridas visibles y el certificado médico que evidenciaba la gravedad de los hechos. A pesar de haber recurrido a Derechos Humanos, el Instituto de la Mujer y la Fiscalía Anticorrupción, su denuncia no prosperó. Hoy teme ir a prisión, dejando a sus cuatro hijos, uno con autismo, y a su padre invidente, sin sustento.

“No cometí ningún delito. Me defendí de un grupo de personas que me emboscaron por una deuda de apenas mil 800 pesos, que fueron por unos zapatos que les vendí y no querían pagarme. Lo único que pido es que se me escuche y se me haga justicia”, expresó con voz entrecortada.
Ayer, colectivos feministas acompañaron a Brillit en una caminata pacífica en Playa Norte para exigir justicia y visibilizar su caso, el cual ya ha sido documentado en redes sociales tras años de silencio, luego de que una jueza anterior le prohibiera hacerlo público bajo amenaza de sanción.
Cabe señalar que Brillit ha presentado un amparo ante el Juzgado Segundo de Distrito, a la espera de una resolución que frene su encarcelamiento. Mientras tanto, pide al gobierno estatal y federal revisar su expediente, reabrir su denuncia y sancionar a quienes fabricaron pruebas para condenarla.