
Lo que parecía ser un día más de rutina en el cruce de las avenidas 56 y 47 de la colonia Héctor Pérez Martínez, se convirtió en un auténtico drama de celos, golpes y gritos, como salido de una telenovela. La escena, que se desarrolló bajo la luz roja del semáforo, fue presenciada por transeúntes atónitos que no daban crédito a lo que veían.

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Eran cerca de las 3 de la tarde cuando un sujeto de complexión robusta, visiblemente alterado, se aproximó a paso firme hacia el taxi marcado con el número económico 2124. Dentro de la unidad, una mujer —aparentemente su esposa— viajaba acompañada del chofer, quien se convirtió en blanco de una furia incontrolable.
Sin mediar palabra, el enfurecido hombre abrió la puerta del vehículo y comenzó a golpear con fuerza al operador, acusándolo de estar con “su mujer”. La agresión fue tan repentina como violenta. La dama en cuestión y una mujer adulta, presuntamente familiar de alguno de los involucrados, intentaron contener al atacante, pero sus esfuerzos fueron en vano ante la furia desatada por los celos.

El altercado generó caos y tensión en la transitada intersección. Algunos testigos intentaron intervenir, mientras otros grababan la escena con sus teléfonos celulares. Las amenazas del sujeto no cesaban: entre gritos aseguraba que el taxista estaba “jugando con fuego” y prometía “hacer justicia con sus propias manos”.
Tras varios minutos de tensión y golpes, los protagonistas del escándalo abordaron distintos rumbos y abandonaron el lugar justo antes de que llegaran elementos de la policía municipal, quienes fueron alertados por vecinos y automovilistas.

Hasta el momento no se han presentado denuncias formales, pero la escena quedó grabada en la memoria —y en los teléfonos— de quienes fueron testigos de este explosivo encuentro, una muestra más de que, en ocasiones, la realidad supera a la ficción.
JGH