Italia volvió a escribir una página memorable en la Copa Davis 2025 al sellar su pase a la Final por tercer año consecutivo, algo que no se veía desde 1971. En el Supertennis Arena, y aun sin la presencia de Jannik Sinner, el conjunto italiano superó 2-0 a Bélgica en unas Semifinales cargadas de tensión, talento y corazón.
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El equipo dirigido por Filippo Volandri avanzó gracias a una sólida actuación de Matteo Berrettini y una hazaña inigualable de Flavio Cobolli, quienes levantaron al público local con triunfos muy distintos, pero igualmente decisivos.
Berrettini marca el camino
El primer punto llegó de la mano de Matteo Berrettini, quien venció 6-3, 6-4 a Raphael Collignon en un duelo que dominó de principio a fin. El italiano exhibió potencia, precisión y un control absoluto del ritmo.
“Hice un muy buen partido. Estaba jugando muy bien y pude cerrar antes, pero así es el tenis. Lo acepté”, señaló Berrettini, consciente de que el margen de error se acorta a esta altura del torneo.
Cobolli, el héroe inesperado
La semifinal terminó convirtiéndose en territorio de leyenda gracias a Flavio Cobolli, quien protagonizó una de las actuaciones más memorables del torneo al salvar siete puntos de partido para imponerse 6-3, 6-7(5), 7-6(15) a Zizou Bergs en más de tres horas de batalla.
El dramático tie-break final, con 32 puntos jugados, se registró como el sexto más largo en la historia de la Copa Davis. El triunfo llegó con un ace que desató la euforia del estadio.
“Es muy difícil explicar lo que siento… cumplí mi sueño. Jugué por mi equipo, por mi familia, por mí. Es uno de los mejores días de mi vida”, confesó un emocionado Cobolli.
Italia va por otro récord
Con esta clasificación, Italia iguala a Australia (2001) como el único equipo en alcanzar tres finales consecutivas en el Siglo XXI. El domingo buscará conquistar su primer título como local, después de levantar la copa en 1976, 2023 y 2024 jugando como visitante.
Los azzurri están a un triunfo de completar una racha histórica que podría consolidarlos como la nueva potencia dominante de la Copa Davis.