
Las Grandes Ligas de béisbol vivieron momentos de profunda conmoción durante el partido entre los Chicago Cubs y los Pittsburgh Pirates, cuando un aficionado sufrió una aparatosa caída desde un muro de aproximadamente seis metros de altura en el PNC Park, casa de los Piratas.

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El lamentable incidente ocurrió en el jardín derecho del estadio durante la séptima entrada del encuentro correspondiente a la temporada 2025 de la MLB. Precisamente, la caída coincidió con un momento clave del partido, cuando los Pirates tomaban la ventaja 4-3 gracias a un doblete productor de Andrew McCutchen.
Según testigos presenciales, el momento inmediatamente desvió la atención de los aficionados cercanos, quienes rápidamente hicieron señales desesperadas al personal médico para que acudiera a atender la emergencia.
La escena provocó una pausa en el desarrollo normal del partido, con jugadores y miembros del cuerpo técnico de ambos equipos acercándose al lugar donde el hombre yacía inconsciente. El personal del estadio también se aproximó para asistir en lo que se convertía en una situación de emergencia.
Tras aproximadamente cinco minutos de evaluación médica inicial, el aficionado accidentado fue retirado en camilla de la zona. Los Pittsburgh Pirates emitieron un breve comunicado informando que el fan fue trasladado de urgencia al Hospital Allegheny General, aunque no proporcionaron detalles adicionales sobre su estado de salud actual.
La gravedad del momento quedó evidenciada en las reacciones de los protagonistas del juego. Los managers de ambos equipos se acercaron a los umpires para informarles sobre lo sucedido, mientras que varios jugadores, visiblemente afectados por el shock, se reunieron espontáneamente para rezar por la persona herida. Las cámaras captaron a McCutchen, autor del doblete de la ventaja, sujetando la cruz que llevaba en su cuello en un gesto de preocupación.
Derek Shelton, manager de los Pittsburgh Pirates, calificó el incidente como "extremadamente desafortunado" en declaraciones posteriores al partido.
A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades de la MLB decidieron que el juego no fuera suspendido, limitándose a realizar una pausa mientras el servicio médico atendía al aficionado accidentado. El partido se reanudó minutos después, concluyendo con victoria para los locales.