
Cruz Azul escribió la página más brillante de su historia reciente al conquistar su séptimo título de Concacaf tras aplastar 5-0 a los Vancouver Whitecaps en una final que jamás tuvo rival y que devolvió la gloria a La Máquina después de 11 años de sequía continental.
El Estadio Olímpico Universitario fue testigo de una noche mágica donde más de 45 mil aficionados celebraron a manos llenas una victoria que borra años de frustraciones y consolida al conjunto cementero como potencia del fútbol de Concacaf.
Vancouver: de héroe a villano en 90 minutos
Los Whitecaps, que habían sorprendido al eliminar a Monterrey, Pumas e Inter Miami de Lionel Messi, llegaron a México sin alma ni propuesta, ofreciendo la resistencia de un equipo que parecía conforme con haber llegado a la final.
Ni una sola jugada de peligro generaron los canadienses en 90 minutos, convirtiendo esta final en la más fácil de la historia de Cruz Azul, un equipo acostumbrado a sufrir en instancias decisivas.
La goleada que inició temprano
Minuto 8: Rivero abre la fiesta
Carlos Rotondi presionó en tres cuartos de cancha y recuperó un balón que llegó hasta Nacho Rivero, quien definió con un riflazo imparable para el guardameta japonés Yohei Takaoka.
Minuto 28: Faravelli firma una obra de arte
Lorenzo Faravelli soltó un bombazo de larga distancia que se convirtió en auténtico golazo para establecer el 2-0 y confirmar que Vancouver no tenía respuesta.
Minuto 37: Sepúlveda sentencia antes del descanso
Ángel Sepúlveda, el "Ángel del Gol", apareció en el área para puntear un centro de Rotondi y poner el 3-0 que prácticamente definía el título.
Minuto 45: Bogusz dibuja una pintura
Mateusz Bogusz cerró el primer tiempo con un disparo de larga distancia con efecto pronunciado que significó el 4-0 y completó una primera mitad perfecta.
Minuto 50: Sepúlveda completa su doblete
Cinco minutos después del reinicio, Sepúlveda cabeceó un centro de Jorge Sánchez para establecer el 5-0 definitivo ante una defensa de Vancouver que ni siquiera intentó evitar el gol.
Ovaciones y clamor por Vicente Sánchez
La afición cementera no solo celebró los goles, sino que clamó por la continuidad de Vicente Sánchez con cánticos de "¡Vicente, Vicente!" y "Mira mira qué alegría, mira mira qué emoción, de la mano de Vicente, vamos a salir Campeón".
El técnico uruguayo demostró que puede dirigir a grandes equipos después de superar la crisis que dejó Martín Anselmi en enero y llevar al equipo a conquistar un título que parecía lejano.
La igualdad histórica con el América
Con este séptimo título (1969, 1970, 1971, 1996, 1997, 2014, 2025), Cruz Azul alcanza al Club América como máximo ganador de la Concachampions, consolidando la hegemonía mexicana en el torneo continental.
Este triunfo marca el tercer año consecutivo que un equipo mexicano conquista la copa: León en 2023, Pachuca en 2024 y ahora Cruz Azul en 2025.
Boletos al Mundial de Clubes e Intercontinental
Además del trofeo y los 4 millones de dólares del premio, Cruz Azul aseguró su participación en el Mundial de Clubes , competencia que promete revolucionar el fútbol mundial con 32 equipos participantes.
También obtuvo clasificación para la Copa Intercontinental 2025, donde se medirá contra campeones de otras confederaciones.
El fin de una pesadilla cementera
Para una afición que había sufrido eliminciones en dos semifinales y una final de Liga MX a manos del América en los últimos dos años, esta Concachampions representa la redención completa y el regreso de Cruz Azul a los primeros planos.
La directiva, encabezada por Víctor Velázquez e Iván Alonso, tendrá que evaluar si da continuidad a Vicente Sánchez, quien claramente cuenta con el respaldo total de la afición tras este logro histórico.
Una noche para la eternidad
El Olímpico Universitario vibró como hacía años no lo hacía, con cánticos, "olés" y celebraciones que se prolongaron mucho después del pitido final. Los jugadores festejaron con lágrimas de alegría un título que devuelve la ilusión a una de las aficiones más fieles del fútbol mexicano.
Cruz Azul vuelve a ser emperador de Concacaf y demuestra que cuando las cosas se hacen bien, los resultados llegan. Esta goleada no solo vale un trofeo, sino que marca el inicio de una nueva era dorada para La Máquina.