Síguenos

Entretenimiento / Virales

Farsa pública de la Coparmex ante la Presidencia de la República de AMLO

Antropólogo Jorge Franco Cáceres  

Introducción

Por sus más recientes declaraciones a los medios locales, observamos que la Coparmex y colaboradores dentro del sector empresarial siguen una farsa pública ante Presidencia de la República. Se trata de una postura reactiva sobre la corrupción y la impunidad que, ciertamente, responde a su enojo contra el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, pero más que nada es resultado de su incapacidad de transformación interna ante los tiempos de cambio democrático.

Los líderes patronales actúan así porque intentan oponerse y diferenciarse de AMLO y MORENA en dos cuestiones fundamentales para la Cuarta Transformación Republicana: 1) la agenda anticorrupción de la mayoría del Congreso de la Unión, que ha ocasionado que los reclamos neoliberales de la Coparmex hayan pasado a un plano marginal, y 2) la postura política del Movimiento de Regeneración Nacional, que nunca ha reclamado el control de los medios de producción por el Estado mexicano, a pesar que tiene el control legislativo para hacerlo.

Veamos a continuación qué sucede con la Coparmex y parte del sector empresarial ante el cambio democrático y el porqué de la farsa pública que impulsan sus líderes ante la presidencia de la República.

¿Preocupantes señales

del gobierno federal o incapacidades internas

propias de la Coparmex?

Sobreactúa el presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos Walther, hablando en Yucatán de señales preocupantes del Gobierno federal. Lo hace así porque sabe que la Presidencia de la República y el Congreso de Unión comparten una agenda anticorrupción superior a la suya, y porque AMLO y MORENA no se han excedido en algo que pudieran aprovechar para combatirlos. En concreto, nada pueden decir, debido a que el poder ejecutivo y la mayoría legislativa solo han hablado de mitigar los excesos del mercado global, así como adaptar las necesidades de las mayorías sociales en pobreza extrema y abandono sistemático al modelo transnacional, procurando menos operaciones corruptas y fraudulentas en todos los sentidos.

No pueden negar la Coparmex y colaboradores que la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión han procedido del modo que señalamos, porque ¿acaso son señales preocupantes para ellos que siga adelante el Tratado de Libre Comercio con el respaldo de MORENA y que AMLO tenga en puerta nuevos megaproyectos de infraestructura y servicios: Nuevo Tren del Sureste, Corredor del Istmo de Tehuantepec, refinerías Pemex, etc., como ellos siempre han reclamado que se necesita para estar a tono con los mercados?

Tampoco pueden decirnos la Coparmex y colaboradores que son señales preocupantes para ellos que se establezcan más controles legislativos y judiciales sobre los poderes fácticos y las mafias regionales. Imposible es que pretendan no entender que, por estas dos razones estratégicas, hayan caído varios grandes negocios de las mafias transnacionales durante el sexenio de Enrique Peña Nieto: Naicm y Pemex-huachicoleo, ZEE, etc., y que caerán muchos más, así se perjudiquen las calificaciones mercantiles y crujan los índices bursátiles.

A decir verdad, la Coparmex y casi todo el sector empresarial deberían estar bailando de felicidad, porque la apuesta de la apabullante mayoría de mexicanos por AMLO y MORENA ha devuelto la legitimidad perdida por el Estado mexicano luego de 36 años de dictadura tecnocrática; y recuperado también la credibilidad negada a sus poderes por culpa de la partidocracia neoliberal. No pueden decirnos más que no tenemos un mejor entorno social e institucional para los negocios y las empresas en México, porque con ello solo ratificarían ante todos su condición de farsantes ante la presidencia de la República.

Tampoco puede decirnos Gustavo de Hoyos Walther que AMLO y MORENA no están procediendo de modo republicano y con sentido democrático contra la corrupción y la impunidad en el país, para que los mexicanos tengamos más seguridad pública, más beneficio patrimonial, más libertad política y más bienestar para todos los sectores. Está muy claro para nosotros que la Cuarta Transformación Republicana resulta un proceso nacional que no le gusta al presidente de la Coparmex, debido al fuerte liderazgo de Andrés Manuel López Obrador; sin embargo, poco nos importa su disgusto, porque se trata de una realidad del cambio democrático dispuesto por el Pueblo Mexicano.

En los problemas atendidos por AMLO y MORENA, a pesar de la postura reactiva de la Coparmex y buena parte del sector empresarial, podemos ver avances definitivos en asuntos públicos de relevancia nacional. Se trata de problemas que las autoridades y los representantes del régimen derrotado en la elecciones pasadas, así fueran provenientes del PRI, PAN, PRD, etc., habían dejado de lado para respaldar la complicidad política y la inutilidad institucional en favor de la delincuencia organizada y la criminalidad sistémica.

Recordamos a estos partidos perdedores de modo humillante, que no tienen futuro como oposición en el nuevo orden republicano, si continúan respaldando farsas públicas como la de la Coparmex y colaboradores empresariales. En la Cuarta Transformación Republicana, no habrá más que papeles marginales para aquellos actores que no se pronuncian de modo convincente contra la corrupción sistémica y la impunidad histórica, en torno a los saqueos y despojos nacionales que se cobijaron de modo oficioso desde las agendas patronales contra la corrupción.

Conclusiones

No cabe duda de que el sector empresarial ya no es privilegiado incondicional del poder político en México y que el liderazgo carismático de la Coparmex tampoco es ya de utilidad trascendente para ninguna estructura partidista. De ahí que ahora pugnen por nueva credibilidad desde su reciente presidencia y su proyecto reactivo denominado “11 Compromisos contra la Corrupción-Coparmex”, dejando de lado que, más que confrontar a AMLO para ganar adeptos, requieren mucho más de su propia transformación.

Por la inclusión democrática del sector empresarial, pero también por la improbable sobrevivencia de su proyecto político-empresarial ante el cambio democrático, la Coparmex, Transparencia Mexicana, Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Causa Común, deben comenzar a evolucionar en su modo de pensar y en su manera de actuar para no verse más como farsantes ante la presidencia de la República. Todo por causa de la superioridad histórica de la agenda anticorrupción que comparten AMLO y MORENA frente a las de ellos.

Concluimos señalando que seguiremos de cerca la actual farsa pública que, por incapacidad de transformación interna de la Coparmex y colaboradores empresariales ante el cambio democrático, ahora encabezan Gustavo de Hoyos Walther y su directiva.

Siguiente noticia

Una investigación-acción participativa urgente por Venezuela