
El pasado jueves 10 de abril un accidente aéreo ocurrido sobre el río Hudson, en Nueva York, que dejó un saldo de seis personas muertas, entre ellas un alto ejecutivo de Siemens, su esposa, sus tres hijos menores de 11 años y el piloto del helicóptero.
La familia realizaba un vuelo turístico para celebrar el cumpleaños número 40 de la madre, según informó el alcalde de Jersey City, Steven Fulop.
El helicóptero sufrió un desperfecto y, según un video difundido tras el incidente, el fuselaje se desprendió del rotor antes de precipitarse al agua.
Las autoridades manejan como posibles causas una colisión con un dron, impacto con aves o un fallo mecánico.
Tras la tragedia, la Administración Federal de Aviación (FAA) anunció la suspensión inmediata de operaciones de la empresa New York Helicopter Tours, responsable del vuelo.
Asimismo, la FAA comunicó que realizará una revisión completa de la licencia y del historial de seguridad del operador turístico.
Por su parte, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha iniciado una investigación formal para esclarecer las circunstancias del siniestro, que ha reabierto el debate sobre los riesgos de los vuelos turísticos sobre zonas urbanas densamente pobladas.
Este trágico suceso ha generado conmoción internacional, no solo por la pérdida de vidas humanas, sino por la necesidad urgente de reforzar las medidas de seguridad en el turismo aéreo.
Las autoridades locales y federales continúan con las labores de recuperación de restos y análisis técnico del helicóptero accidentado.
IO