
Un nuevo episodio de violencia armada sacudió este jueves a Estados Unidos. Un tiroteo registrado en la Universidad Estatal de Florida, en Tallahassee, dejó un saldo preliminar de dos personas muertas y siete heridas, incluido el presunto agresor, según confirmaron autoridades locales.
En conferencia de prensa, la Policía de Tallahassee indicó que las víctimas mortales no eran estudiantes de la universidad. Seis personas más resultaron heridas y fueron trasladadas a centros médicos.
El atacante, identificado como Phoenix Ikner, un estudiante de 20 años, también fue hospitalizado tras enfrentarse a los agentes.
La universidad, que alberga a más de 40 mil estudiantes, emitió una alerta por tirador activo poco después del mediodía. Tres horas y media después, se declaró el campus como seguro.
Durante el operativo, imágenes difundidas en redes sociales mostraron a agentes armados ingresando a los edificios para ubicar al sospechoso.
En medio del caos, los estudiantes usaron un código proporcionado por las autoridades para reportar que estaban a salvo desde los salones donde se refugiaron.
Daniella Streety, alumna de la institución, relató a NBC News: “Vi cómo se llevaban a un estudiante en una camilla improvisada. Otro fue sacado en una silla de escritorio para ser trasladado”.
La tragedia provocó reacciones inmediatas. El presidente Donald Trump calificó el ataque como “una vergüenza y algo horrible que no debería ocurrir”, mientras que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, aseguró que las autoridades actuaron de forma inmediata y pidió oraciones por las víctimas.
El presidente de la Cámara estatal, Daniel Pérez, describió el tiroteo como “la peor pesadilla de cualquier padre”.
Ante la situación, todas las escuelas del condado de León suspendieron clases durante el día.
IO