Estados Unidos se prepara para una jornada de movilización nacional sin precedentes. Este sábado, al menos mil 800 protestas simultáneas están programadas en todo el país como parte de la iniciativa “No Kings”, un movimiento que se opone a las políticas autoritarias del presidente Donald Trump, especialmente en materia migratoria.
Las movilizaciones coincidirán con el desfile militar convocado por el mandatario en Washington para conmemorar el 250º aniversario del Ejército estadounidense, evento que también celebra su cumpleaños número 79.
La ciudad de Los Ángeles, epicentro de las mayores protestas, ha visto desplegar a la Guardia Nacional y a 700 marines tras una ola de movilizaciones contra las redadas del ICE.
A pesar del carácter mayoritariamente pacífico de las manifestaciones, la Casa Blanca ha reaccionado con medidas militares que han elevado la tensión nacional.
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El movimiento “No Kings”, respaldado por la iniciativa 50501 (50 estados, 50 protestas, 1 movimiento), rechaza lo que consideran un gobierno que erosiona derechos civiles, judicializa la migración y militariza la seguridad interior. Su lema lo resume todo: “Sin tronos, ni coronas, ni reyes”.
En Washington, no habrá protestas formales de “No Kings”, debido a las amenazas directas del presidente. “Si los manifestantes quieren venir, se enfrentarán a una violencia descomunal”, advirtió Trump.
Ante ello, los organizadores decidieron dispersar sus esfuerzos para visibilizar la resistencia en cada rincón del país y no permitir que la narrativa del desfile acapare la atención.
Mientras tanto, el costo estimado del evento presidencial asciende a 45 millones de dólares, incluyendo 16 millones en reparaciones viales por el paso de vehículos militares.
Para muchos, se trata de una muestra de fuerza innecesaria; para otros, un llamado de atención sobre los riesgos del autoritarismo en democracia.
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