América Yamileth Sánchez Hernández, una joven cadete en su último año de formación en Ingeniería Naval, es una de las dos víctimas mortales del trágico accidente del buque escuela Cuauhtémoc, ocurrido el pasado 17 de mayo en Nueva York.
Su madre, Rocío Hernández Ayala, la describió como una “guerrera”, una joven sin vicios, con el corazón abierto y un fuerte compromiso con la Secretaría de Marina (Semar).
América, reconocida por su trayectoria como nadadora destacada y por su entrega a la disciplina militar, había zarpado el pasado 3 de mayo rumbo a una travesía internacional que recorrería 15 países.
El 13 de mayo arribó a Nueva York, donde la madrugada del día 17 se comunicó por última vez con su madre a través de una videollamada. “Estaba feliz, quería seguir conociendo más de Nueva York… ya no pudo”, relató con emoción Rocío.
La cadete realizaba su servicio a bordo del Cuauhtémoc, una embarcación emblema de formación naval y diplomacia pública.
Su cuerpo será recibido esta tarde en el puerto de Veracruz, donde se le rendirá un homenaje privado en la Escuela Naval de Antón Lizardo, para luego ser trasladado a su casa en Xalapa, su ciudad natal.
El segundo fallecido en el accidente fue Adal Jair Marcos, originario de Salina Cruz, Oaxaca, también cadete de la Marina, descrito por su entorno como apasionado por los viajes y entregado a su vocación militar.
El accidente se produjo cuando el Cuauhtémoc, con 277 tripulantes a bordo, perdió el control en una maniobra de salida hacia Islandia.
Sus mástiles impactaron contra la estructura del puente de Brooklyn, dejando además 22 personas heridas.
Las investigaciones sobre el siniestro continúan por parte de la Marina y autoridades estadounidenses.
Mientras tanto, la memoria de América Yamileth y Adal Jair queda como símbolo del compromiso y entrega de una nueva generación de marinos mexicanos.
IO
