La Fiscalía General de la República (FGR) documentó el funcionamiento de una red criminal dedicada al tráfico internacional de armas, la cual operaba desde Guatemala hacia México y abastecía a organizaciones de alto impacto como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y La Unión Tepito.
Entre el arsenal comercializado se encontraban pistolas Glock, Sig Sauer, armas de la marca Mendoza y escopetas Hatsan, de acuerdo con la acusación presentada ante el Poder Judicial.
La información forma parte de la carpeta de investigación presentada por la FGR ante el juez de Control del Centro de Justicia Penal Federal en Querétaro, Octavio Alarcón Terrón, con la que se solicitó una orden de aprehensión contra Raúl Rocha Cantú, presunto socio de Jacobo Reyes León, alias “El Yaicob”, identificado como líder de esta estructura delictiva.
Así operaba la red de tráfico de armas
Según las indagatorias federales, el grupo criminal introdujo al menos 400 armas de fuego y cargadores al territorio mexicano. Estas eran ofertadas a células delictivas a través de WhatsApp, lo que permitía concretar ventas directas con grupos criminales establecidos en distintos puntos del país, principalmente en la Ciudad de México.
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Las armas ingresaban por la frontera sur, específicamente desde Guatemala, y eran trasladadas vía terrestre hasta la capital del país.
Para evadir a las autoridades, los integrantes de la red utilizaban autobuses de pasajeros y carga, donde ocultaban el armamento entre ropa y fayuca, una modalidad que les permitió operar durante un periodo prolongado sin ser detectados.
“Kevin”, el enlace en la Ciudad de México
Derivado de intervenciones telefónicas autorizadas judicialmente, agentes federales lograron identificar a un sujeto conocido como “Kevin”, señalado como el principal operador de la venta de armas de grueso calibre en la Ciudad de México.
Este individuo fungía como enlace entre los proveedores internacionales y los compradores finales vinculados al crimen organizado.
Las escuchas permitieron establecer no solo los métodos de comercialización, sino también la logística empleada para el traslado y distribución del armamento, lo que fortaleció los elementos de prueba presentados por la FGR ante el juez.
Investigación por delincuencia organizada
La autoridad federal sostiene que esta red criminal operaba de manera sistemática y con división de funciones, por lo que el caso se investiga bajo el delito de delincuencia organizada, además de tráfico de armas de uso exclusivo del Ejército.
Las investigaciones continúan abiertas para identificar a otros posibles integrantes de la red y determinar el destino final de las armas ya distribuidas, así como su posible vinculación con hechos violentos registrados en distintas regiones del país.
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