Durante más de ocho años, una mujer originaria de Yucatán, quien es masajista de profesión, ha dedicado parte de su vida e ingresos económicos a la alimentación de perros de la calle, ante la falta de atención que el Gobierno municipal pone en estos temas, explicó Rebeca Yazmín Chan Piña, de 43 años de edad.
Su día comienza a las seis de la mañana, cuando se despierta para prepararse y atender a sus propias mascotas, y después partir a su jornada laboral, para lo cual debe tomar el ferry para cruzar a Isla Mujeres, donde trabaja realizando masajes terapéuticos a los turistas a la orilla de la playa. Su jornada laboral es de 12 horas, o más, al día.
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“Mi faena comienza cuando regreso a Cancún, en ese momento es cuando paso todos los días y aprovecho la promoción en el alimento para perros que, irónicamente, venden en una conocida farmacia, para lo que destino 300 pesos diarios. Con el alimento listo tomo mi transporte que me lleve lo más cerca de Villas Otoch, donde inicio mi camino hasta llegar a Prado Norte”, relató Chan Piña.
Durante esa travesía, que involucra más de seis kilómetros de caminata, la mujer originaria del municipio Peto, en Yucatán, asegura que debe rendir el alimento de cuatro kilos para, al menos, 30 perros callejeros que ya la conocen y la esperan todas las noches cerca de los puntos donde ella les tiene colocados algunos platos para ponerles las croquetas.
Rescata a los enfermos
La trabajadora asegura que esta labor la realiza debido a la gran cantidad de animales maltratados que son abandonados en las calles, además, resaltó que, de igual manera, si llega a ver alguno que esté en malas condiciones de salud, ella lo lleva a su casa para ayudarlo en su recuperación y buscarle hogar, ante la tardanza por parte de la Dirección de Protección y Bienestar Animal en atender los casos.
Asegura que en ocasiones ha reportados los casos, pero cuando el personal de esta dependencia va al lugar ya es muy tarde y el perro se encuentra sin vida, por lo que sólo lo meten en una bolsa y se lo llevan.