Tulum enfrenta una creciente crisis hídrica provocada por el acelerado aumento de su población y el rezago en la expansión y mantenimiento de su infraestructura de agua potable. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, el municipio registró 46 mil 721 habitantes, lo que representa un incremento del 43.75% respecto al año 2010. Sin embargo, las redes de distribución y captación de agua no han crecido al mismo ritmo.
La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) puso en operación en 2023 una planta desalinizadora con capacidad de 50 litros por segundo, en un intento por mitigar el problema, beneficiando a cerca de 31 mil habitantes. Aun así, colonias como La Veleta, Cristal, YaxTulum y Martitez continúan recibiendo agua apenas cuatro horas al día, con baja presión. En Chemuyil, además del desabasto, se han reportado problemas de contaminación y fallas en la planta de tratamiento.
El Comité General Étnico Pluricultural de Tulum ha señalado que al menos 14 colonias irregulares carecen por completo de acceso a agua potable, drenaje y electricidad, lo que afecta a más de 6 mil 500 familias. Esto ha derivado en brotes de enfermedades gastrointestinales, proliferación de mosquitos transmisores de dengue y zika, así como contaminación del manto freático, del cual muchas personas aún extraen agua de manera directa.
A estas deficiencias se suma la falta de mantenimiento a las tuberías, las constantes fugas y la obsolescencia de los sistemas actuales. La demanda del recurso también aumenta en temporada de calor, mientras que la infraestructura permanece prácticamente igual desde hace más de una década.
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Las autoridades han proyectado la creación de una nueva zona de captación de agua con capacidad de hasta 576 litros por segundo, pero su ejecución enfrenta dificultades administrativas, presupuestales y sociales.
Mientras tanto, en contraste con las carencias de las zonas populares, toda la franja costera de Tulum, donde se ubican hoteles y desarrollos de lujo, es abastecida por servicios privados de agua potable, lo que refleja una profunda desigualdad en el acceso a este recurso vital.
Tulum necesita una estrategia integral que contemple inversión pública sostenida, planeación urbana responsable y atención prioritaria a las zonas más afectadas para garantizar el derecho humano al agua para todos sus habitantes.
