
La construcción del cuarto muelle en la isla aún no cuenta con autorización federal, aclaró la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, durante la Conferencia del Pueblo. “Todo proyecto debe tener primero su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA); en este caso, no se ha emitido ninguna autorización”, puntualizó.
La posibilidad de un nuevo muelle de cruceros ha generado amplias críticas de colectivos ambientalistas y ciudadanía local, quienes temen afectaciones al ecosistema marino. Aunque recientemente, un tribunal falló en contra de un recurso legal presentado por dichos grupos, la obra sigue sin el aval federal necesario. Por ahora, el futuro del proyecto continúa incierto y sujeto a procesos ambientales y de consulta que, según el Gobierno, aún no han sido concluidos.
Durante la conferencia se le presentó el contexto del proyecto, que ha generado una división entre los habitantes de la isla, ya que, por un lado, existe un sector que apoya la obra por el potencial impulso al turismo y a la economía local; otra parte de la población se opone, señalando que el nuevo muelle amenaza ecosistemas marinos, como el arrecife Villa Blanca y espacios públicos como la Playa Cabo Mantarraya, frecuentada por los pobladores.
Ante la pregunta, se limitó a responder que cualquier proyecto de esta naturaleza debe contar con una MIA aprobada, y subrayó que hasta el momento no existe una autorización formal para la construcción del muelle, lo cual deja abierta la posibilidad de que la obra pueda ser aprobado en el futuro, siempre y cuando cumpla con los requisitos ambientales establecidos por la ley.

Mientras tanto, organizaciones locales como la Conservación, Investigación y Manejo Ambiental de Cozumel, (CIMAC) comenzaron a movilizarse. Lupita Martín Cab, encargada, informó que están recabando firmas para sustentar la petición de cancelación del proyecto, pues argumentan que la obra podría generar daños irreversibles en la biodiversidad marina y afectar actividades socioeconómicas de la comunidad costera.
La discusión en torno al cuarto muelle en Cozumel continúa, en un contexto en el que se enfrentan intereses económicos, ambientales y sociales, y donde aún no se ha definido el rumbo oficial del proyecto.